Repelente contra los pobres

Georges Mothron, el diputado y alcalde de Argenteuil, una ciudad vecina a París, intenta echar de su localidad a los indigentes a base de rociar con Malodore, un producto repelente de olor nauseabundo, los lugares donde acampan los pobres.

Mothron había encargado a los funcionarios municipales de la limpieza de Argenteuil el trabajo de esparcir el producto por los lugares donde se instalan los 'sin techo', pero se negaron diciendo: "Estamos aquí para echar a las ratas, pero no para perseguir a los pobres".

Uno de los empleados municipales ha explicado, además, que el bote de Malo...

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Georges Mothron, el diputado y alcalde de Argenteuil, una ciudad vecina a París, intenta echar de su localidad a los indigentes a base de rociar con Malodore, un producto repelente de olor nauseabundo, los lugares donde acampan los pobres.

Mothron había encargado a los funcionarios municipales de la limpieza de Argenteuil el trabajo de esparcir el producto por los lugares donde se instalan los 'sin techo', pero se negaron diciendo: "Estamos aquí para echar a las ratas, pero no para perseguir a los pobres".

Uno de los empleados municipales ha explicado, además, que el bote de Malodore indicaba que se trata de "un producto tóxico e irritante que conviene no respirar".

Parece que son varios los ayuntamientos franceses que se sirven del repelente para evitar que los coches -o los peatones- aparquen o se instalen en túneles, debajo de puentes o en lugares en los que pueden dificultar el tráfico, pero en ningún caso para alejar a los pobres.

Para los socialistas franceses, "el Gobierno de Nicolas Sarkozy tiene que condenar cuanto antes la iniciativa de Georges Mothron" y casos inaceptables como ése.

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