PP y BNG se alían en O Carballiño para arrinconar al alcalde socialista

El regidor emplaza a populares y nacionalistas a que le presenten una moción de censura

El alcalde socialista de O Carballiño -el feudo del responsable del PSOE orensano y conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez- no puede gobernar. Los recelos del BNG para pactar con los socialistas, que por primera vez en ocho años han perdido la mayoría absoluta, pone contra las cuerdas al regidor, Carlos Montes. La pinza entre PP y Bloque neutraliza cualquier intento de gestión del minoritario gobierno del PSOE. El alcalde no deja de pedir que le presenten una moción de censura, mientras la crispación sube de tono entre socialistas y nacionalistas.

En O Carballiño campa el desconc...

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El alcalde socialista de O Carballiño -el feudo del responsable del PSOE orensano y conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez- no puede gobernar. Los recelos del BNG para pactar con los socialistas, que por primera vez en ocho años han perdido la mayoría absoluta, pone contra las cuerdas al regidor, Carlos Montes. La pinza entre PP y Bloque neutraliza cualquier intento de gestión del minoritario gobierno del PSOE. El alcalde no deja de pedir que le presenten una moción de censura, mientras la crispación sube de tono entre socialistas y nacionalistas.

En O Carballiño campa el desconcierto. Y también un resentimiento político que hace ingobernable la villa en la que socialistas y nacionalistas obtuvieron entre ambos mayoría para gobernar. El presidente provincial del PP, José Luis Baltar, plantó una semilla horas después de conocer el resultado de los comicios que abocaban a un bipartito: tentó al BNG (4 concejales) con el apoyo de los cinco ediles populares para que el nacionalista Manuel Amil se hiciera con la alcaldía y rompiera con el PSOE (8 ediles). Tras días de dudas y asambleas Amil le contestó que no se fiaba de esa oferta. Pero tampoco del PSOE. Así que el socialista Carlos Montes tomó en minoría el bastón de mando.

"Les pido, por favor, que me hagan una moción de censura". Apenas pasados un par de meses, el alcalde carballiñés repite su ruego como una letanía. Pero ni eso. PP y BNG sólo pactan para hacer la pinza. "Es que es imposible gobernar; así no se puede hacer nada", se lamenta Montes. El primer aviso lo tuvo en la sesión de investidura. Los concejales del BNG -dispuestos a favorecer su elección, pero no a apoyarlo- tuvieron que abstenerse y no votarse a sí mismos para evitar que su portavoz, Manuel Amil, saliera elegido alcalde, ya que el PP le regaló sus votos. Y en el primer pleno, el alcalde se dio ya de bruces con la pinza: PP y BNG no le aprobaron la dedicación exclusiva. Montes pidió el reingreso en la empresa privada en la que debe trabajar en horario de gestión municipal.

Fue sólo el principio. Luego, las dos obras de mayor calado que Montes llevó a pleno -la construcción de unas viviendas, presupuestadas por la Xunta, y la instalación de unos contenedores subterráneos en la plaza de abastos- fueron ahogadas por la oposición. En el último pleno la tensión fue de tal calibre que, a la salida, un militante socialista propinó un puñetazo en la nariz a un edil del BNG que discutía con otro del PSOE. El agredido le puso una demanda judicial al socialista, expedientado por su partido.

Montes está harto. "No es sólo la frustración de no poder hacer nada; es que se están perdiendo obras importantes para el pueblo", señala. "Parece que mi única misión en la alcaldía está abocada al desgobierno; es un continuo no poder hacer". El portavoz del PP, Argimiro Marnotes, reconoce que está gobernando con el BNG desde la oposición -se aprueban mutuamente sus mociones y echan por tierra las del gobierno- pero le parece mal la solicitud de moción de censura que reitera el alcalde: "A mí no tiene que decirme lo que debo hacer. Si no le gusta como están las cosas, que se vaya, porque esto es el puro ejercicio de la democracia". Lo que no encuentra muy democrático el portavoz popular es el "talante prepotente" del alcalde "que parece que no se da cuenta de que si quiere gobernar, tiene que consensuarlo todo antes de llevarlo a pleno".

Montes se muestra convencido de que no es él el escollo. "Si fuera así, me quitaba ya de en medio", alega. Tanto él como el grueso de los socialistas orensanos creen que no es más que un pulso de Baltar contra el conselleiro Manuel Vázquez, ex alcalde del municipio. El BNG -que insiste en rechazar las opciones de pacto que aún le sigue susurrando el PP- aprovecha para saldar cuentas con un PSOE encabezado en la provincia por Vázquez, con el que llegó a gobernar en coalición durante un mandato. "Entonces, pese al esfuerzo y el gran trabajo que hicimos, él lo rentabilizó todo", apunta el nacionalista Amil, aún dolido por quedar fuera del gobierno hace ocho años.

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El alcalde, en un gesto desesperado, ha publicado un manifiesto instando a los vecinos a reaccionar. "No es posible ejecutar ningún proyecto de futuro", dicen los socialistas en su comunicado al pueblo en el que tildan de "irresponsable y negativo" el comportamiento de la oposición gobernante.

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