Aura del tedio
A pesar de su título, White Noise (2005) de Geoffrey Sax era un thriller sobrenatural más afín a la sensibilidad de Iker Jiménez que a la de Don DeLillo. Hubo cierto consenso al considerar la película de Sax un trabajo medianamente estimable que se malograba del todo en su tramo final: duda, por tanto, este crítico que se cuenten por centenares quienes anhelaban una secuela.
White Noise 2. La Luz, de Patrick Lussier -que ha sido montador y realizador sin lustre al amparo de Wes Craven- contiene un protagonista con pinta de monitor de gimnasia venido a menos, golpes ...
A pesar de su título, White Noise (2005) de Geoffrey Sax era un thriller sobrenatural más afín a la sensibilidad de Iker Jiménez que a la de Don DeLillo. Hubo cierto consenso al considerar la película de Sax un trabajo medianamente estimable que se malograba del todo en su tramo final: duda, por tanto, este crítico que se cuenten por centenares quienes anhelaban una secuela.
White Noise 2. La Luz, de Patrick Lussier -que ha sido montador y realizador sin lustre al amparo de Wes Craven- contiene un protagonista con pinta de monitor de gimnasia venido a menos, golpes de efecto orquestados en la mesa de posproducción y más de un secundario con razonable parecido a Carlos Ruiz Zafón. Quizás la película acabe siendo recordada por contener el primer uso documentado de la expresión insultante "¡metrosexual de mierda!".
WHITE NOISE 2. LA LUZ
Dirección: Patrick Lussier. Intérpretes:
Nathan Fillion, Katee Sackhoff, Craig Fairbrass. Género:
Terror. Estados Unidos, 2007. Duración: 99 minutos.