El parricida de Los Pajaritos asegura que disparó "sin querer"

El juicio por la muerte de Susana Vega, una joven sevillana de 20 años que recibió un tiro entre ceja y ceja, se inició ayer en la Audiencia de Sevilla con la declaración del padre de su hijo, Enrique Ramírez, que se enfrenta a más de 27 años de cárcel. Éste aseguró que se le disparó el revólver "sin querer" cuando lo estaba limpiando para quitarle las huellas. El acusado, que ahora tiene 23 años, confesó que al día siguiente iba a cometer un atraco en Los Remedios. Y dijo que ignoraba que el arma estuviera cargada. "Fue una desgracia", apostilló.

El fiscal le acusa de los delitos de as...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El juicio por la muerte de Susana Vega, una joven sevillana de 20 años que recibió un tiro entre ceja y ceja, se inició ayer en la Audiencia de Sevilla con la declaración del padre de su hijo, Enrique Ramírez, que se enfrenta a más de 27 años de cárcel. Éste aseguró que se le disparó el revólver "sin querer" cuando lo estaba limpiando para quitarle las huellas. El acusado, que ahora tiene 23 años, confesó que al día siguiente iba a cometer un atraco en Los Remedios. Y dijo que ignoraba que el arma estuviera cargada. "Fue una desgracia", apostilló.

El fiscal le acusa de los delitos de asesinato, tenencia ilícita de armas y maltrato habitual. Y pide que indemnice a su hijo con 217.000 euros y a su abuela materna con 9.600.

El ministerio público sostiene que la chica se encontraba sentada en el sofá del domicilio, en la barriada de Los Pajaritos, cuando Enrique le disparó a un metro de distancia con un revólver que había comprado en el núcleo marginal conocido como Las Vegas. Susana tenía al hijo de ambos en los brazos. "Le di sin querer. La sigo queriendo y lo estoy pagando, pero no en la cárcel sino en la cabeza", señaló.

Enrique Ramírez contó que la noche del 2 de diciembre de 2005 recogió el arma homicida en casa de un amigo y subió a su piso para esconderla hasta el día siguiente. Aseguró que allí le mostró el revólver a Susana, que ella le pidió que lo guardara y "nada más rozarlo con el trapo para quitarle las huellas se disparó". "Yo no tenía el dedo en el gatillo. Yo no sabía que el arma estaba cargada ni he visto nunca un revólver para saber si había que amartillarlo [antes de disparar]. No sé lo que es el martillo. El gatillo sí", justificó ante las insistentes preguntas del fiscal. "Yo utilizaba armas automáticas para mis atracos", confesó.

Enrique negó los malos tratos habituales de los que le acusan. "Jamás en la vida la he tocado", dijo. "Teníamos las discusiones habituales de cualquier pareja e incluso pensábamos tener otro hijo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En