El 60% de los niños catalanes ve televisión sin control de los padres

El 60% de los adolescentes catalanes mira los programas de televisión que quiere sin control paterno alguno, y el 50% asegura que se pasa frente al televisor tantas horas como le apetece. Un estudio del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) entre chavales de 12 a 16 años concluye que únicamente el 23,7% de los encuestados apaga la tele por indicación de sus padres. Este informe también señala que las series actúan como modelo de conducta.

Los encuestados por el consejo audiovisual catalán aseguran que prefieren estar con los amigos, dedicarse a sus aficiones, escuchar música, conect...

El 60% de los adolescentes catalanes mira los programas de televisión que quiere sin control paterno alguno, y el 50% asegura que se pasa frente al televisor tantas horas como le apetece. Un estudio del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) entre chavales de 12 a 16 años concluye que únicamente el 23,7% de los encuestados apaga la tele por indicación de sus padres. Este informe también señala que las series actúan como modelo de conducta.

Los encuestados por el consejo audiovisual catalán aseguran que prefieren estar con los amigos, dedicarse a sus aficiones, escuchar música, conectarse a Internet y hasta cuatro actividades más antes que ver la televisión. "La conclusión es que la ven porque no tienen alternativas", señaló ayer Victoria Camps, vicepresidenta del CAC y su responsable de investigación.

Precisamente el Anuario de la Comunicación 2007, presentado ayer en Madrid, señala en un informe elaborado por el presidente de Corporación Multimedia, Eduardo García Matilla, que uno de los cambios más destacados el año pasado en el campo audiovisual -junto a la incorporación de significativas audiencias procedentes de la inmigración- es el de la pérdida de interés de los niños y los jóvenes por la televisión, en beneficio de las "otras pantallas". "La televisión no ha sabido todavía encontrar el camino para adaptarse a este auténtico aluvión de cambios sociales y tecnológicos, agravados por el incremento de la competencia", añade García Matilla.

El 63% de los encuestados por el CAC tiene televisión propia, y el 37% dispone también de consola de videojuegos y teléfono móvil, y la mayoría usa varios de estos aparatos al mismo tiempo que mira la televisión. Entre semana, los jóvenes están una media de casi tres horas diarias frente al receptor, y sábados y domingos el consumo aumenta a casi cuatro horas. Sólo un 2,9% manifiesta que no mira prácticamente nunca la televisión.

Los investigadores del estudio Preferencias y expectativas de los adolescentes relativas a la televisión en Cataluña, presentado ayer en Tarragona, subrayan que existe una "opinión adulta generalizada de que con la televisión se aprenden pocas cosas importantes para la vida", y que su análisis contradice esta idea. El muestreo, elaborado a partir de 5.104 jóvenes matriculados en centros de ESO públicos y concertados de Cataluña, establece que los adolescentes prefieren por encima de cualquier otro programa las teleseries blancas con elevadas dosis de humor y que se centran en la vida cotidiana de personajes con los que puedan sentirse identificados. Los chavales aseguran que una de sus motivaciones principales para encender el televisor es aprender "qué hacen los otros, quiénes son ellos y cómo se relaciona la gente".

El portero de Aquí no hay quien viva o Los Simpson son algunos de los modelos de conducta que extraen de sus programas favoritos. Los consultados prefieren las series con actores (33,7%) que las de dibujos (12,3%). Por el contrario, los reality shows o los programas del corazón están entre los que se llevan la peor nota entre esta audiencia, y son más seguidos por las niñas (4,8%) que por los niños (1,2%). Ellos prefieren el deporte (15,9% frente al 3,2%). Lo que menos gusta a ambos sexos son los anuncios (0,3%) y los informativos juveniles (0,1%). "Ha cuajado entre ellos el discurso de que existe una telebasura", señaló Camps.