Protestas en embajadas letonas a favor de los jóvenes que robaron una bandera

Miguel López y Edén Galván, los dos jóvenes de 25 y 24 años detenidos el pasado 16 de mayo en Riga (Letonia) por robar unas banderas de este país, se pueden sentir orgullosos de sus amigos. Desde que el caso salió a la luz, no han parado de moverse para, en la medida de lo posible, poder ayudar a que abandonen Letonia cuanto antes. Ayer, decenas de personas se concentraron frente a las embajadas y consulados letones de Madrid, Milán, Bruselas, Londres, Atenas o Zagreb de forma pacífica para protestar por una medida "desproporcionada" que, dijeron, "les marcará de por vida".

Los dos chic...

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Miguel López y Edén Galván, los dos jóvenes de 25 y 24 años detenidos el pasado 16 de mayo en Riga (Letonia) por robar unas banderas de este país, se pueden sentir orgullosos de sus amigos. Desde que el caso salió a la luz, no han parado de moverse para, en la medida de lo posible, poder ayudar a que abandonen Letonia cuanto antes. Ayer, decenas de personas se concentraron frente a las embajadas y consulados letones de Madrid, Milán, Bruselas, Londres, Atenas o Zagreb de forma pacífica para protestar por una medida "desproporcionada" que, dijeron, "les marcará de por vida".

Los dos chicos, López, de Cartaya (Huelva), y Galván, de Telde (Gran Canarias), habían viajado a Riga con cinco amigos portugueses. La noche del 16 de mayo, cuando regresaban a casa de unos amigos letones después de haber tomado unas copas, fueron arrestados por descolgar y llevarse unas banderas letonas que había en la calle. La Fiscalía les acusa de "robo" y de "ultraje a la bandera", delitos que en Letonia están penados con hasta seis años de prisión. López llegó a estar en la cárcel 19 días, y su amigo Galván, 14. Ambos siguen retenidos en Riga.

Un recuerdo

"Sabemos perfectamente que en ningún momento han tenido la intención de profanar este país. Se las querían llevar de recuerdo", dijo ayer en Madrid María del Carmen Delgado, amiga de los detenidos, quien también denunció "el trato de las autoridades letonas" a ambos jóvenes, hasta el punto de que, en el momento de la detención, un agente "llegó a encañonarles en la sien".

López, principalmente, y los otros cinco chicos portugueses (dos de ellos siguen retenidos en Riga), han viajado mucho por distintos países de Europa, donde han dejado buenas amistades, de ahí las movilizaciones que se celebraron ayer frente a las sedes diplomáticas. Su afán viajero, defienden los amigos de los retenidos, les ha proporcionado "conocimiento de diversas culturas", pero sobre todo "el saber respetar los símbolos de cada país".

La protesta de Madrid concluyó con la entrega, de forma simbólica, por parte de los chavales, de unas banderas similares a las robadas: "Por coger unas banderas de la calle nadie puede pasar seis años en la cárcel", dijeron.

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