Entrevista:MANUELA GARCÍA FREIRE | Ganadora en Vilasantar

"Hemos estado cerca de la gente"

La farmacia del pequeño municipio de Vilasantar, en el interior de A Coruña, lleva años sin funcionar correctamente, cerrada la mayor parte del tiempo y ahora, expedientada por la Xunta y con el concierto retirado para despachar recetas. Un problema mayúsculo en una localidad con una población muy envejecida, dispersa y sin transporte público. En la sede comarcal del BNG de A Coruña aún recuerdan cómo hace más de una década ya acudía periódicamente un veterano militante con su carta de denuncia mecanografiada, para enviarla por fax a todas las instancias, los medios de comunicación, el Parlame...

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La farmacia del pequeño municipio de Vilasantar, en el interior de A Coruña, lleva años sin funcionar correctamente, cerrada la mayor parte del tiempo y ahora, expedientada por la Xunta y con el concierto retirado para despachar recetas. Un problema mayúsculo en una localidad con una población muy envejecida, dispersa y sin transporte público. En la sede comarcal del BNG de A Coruña aún recuerdan cómo hace más de una década ya acudía periódicamente un veterano militante con su carta de denuncia mecanografiada, para enviarla por fax a todas las instancias, los medios de comunicación, el Parlamento y la Xunta.

La farmacia de Vilasantar está en el corazón del tenaz "trabajo pegado a la gente y a sus problemas" que llevó al BNG a alzarse con el bastón de mando de un enraizado feudo rural del PP. Y será una mujer, nacionalista militante desde hace tres décadas, quien ocupe el sillón en el que se sentó durante 24 años el popular José Manuel Taboada.

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Manuela García Freire, de 47 años, dejará su puesto en la biblioteca de la Facultad de Económicas de Santiago para dedicarse "en exclusiva" al bienestar de sus 1.500 vecinos. Era la tercera vez que se presentaba a la alcaldía y la mayoría absoluta obtenida en estas elecciones no la pilló por sorpresa, confiesa. "Desde siempre estuvimos cerca de la gente, acuden a nosotros cuando hay problemas porque saben que siempre los atendimos, sin importarnos a quien votan. Es nuestra forma de hacer país", explica.

El Bloque de Vilasantar, lleva tantos años como el PP al frente del ayuntamiento realizando su labor de oposición en el terreno, "casa a casa", destaca. Y ese trabajo también sirvió de antídoto frente a un PP que jugó a "demonizar" a los nacionalistas. "Claro que lo intentaron", cuenta Manuela García, "pero no lo consiguieron. La gente ve la televisión y lee los periódicos y luego nos ven a nosotros, y nos dicen que nosotros no somos lo mismo, saben que lo único que nos preocupa es tener una vida digna y el ayuntamiento".

Por la misma razón desapareció el PSdeG del mapa municipal de Vilasantar. "A la gente no les gusta que vengan sólo un mes antes a pedirle el voto", razona García. Acompañada de su hermano, también concejal electo, la futura alcaldesa sueña convertir su pueblo en un modelo del "rural avanzado, moderno". La lucha por una botica en condiciones, los horarios de la consulta médica y un servicio de autobuses que rompa el aislamiento de la población serán las primeras medidas del nuevo gobierno municipal del BNG. La prioridad es el "cuidado y atención a los mayores", y Manuela García ya tiene perfilado un peregrinaje por las consellerías en busca de recursos para sus proyectos.

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Ser mujer, la primera que se sentará en una alcaldía de una comarca tan agrícola, también ayuda: "Nunca me sentí rechazada por mi condición femenina, al contrario, en muchas casas se alegraron de que al fin hubiera una mujer en política". Fue, sin duda, un plus en estas elecciones frente a un PP que, lejos de cumplir con la ley de la paridad, sólo llevaba en su candidatura a dos mujeres en puestos suplentes.

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