Cartas al director

Los bolardos

No están previstos en el Código de Circulación, ni tampoco los estudiosos de Tráfico han previsto que masas de pivotes de hierro sean lo más indicado para que no aparquen los automovilistas desaprensivos. Pero Las Palmas de Gran Canaria está invadida de bolardos: en pasos de peatones, calles peatonales, paradas de guaguas (autobuses urbanos), aceras y en el centro de las mismas; junto a escaparates, árboles, señales de tráfico y hasta en los semáforos, como para figurar en el Guinness de los obstáculos físicos a los discapacitados y barreras arquitectónicas.

Como caso sorprendente de la...

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No están previstos en el Código de Circulación, ni tampoco los estudiosos de Tráfico han previsto que masas de pivotes de hierro sean lo más indicado para que no aparquen los automovilistas desaprensivos. Pero Las Palmas de Gran Canaria está invadida de bolardos: en pasos de peatones, calles peatonales, paradas de guaguas (autobuses urbanos), aceras y en el centro de las mismas; junto a escaparates, árboles, señales de tráfico y hasta en los semáforos, como para figurar en el Guinness de los obstáculos físicos a los discapacitados y barreras arquitectónicas.

Como caso sorprendente de la máxima proliferación de los bolardos, tenemos un tramo de unos 400 metros, de la principalísima calle León y Castillo, donde se han colocado unos 400 pivotes de hierro (bolardos). ¿Estaremos en una ciudad inculta y sin ley y con tantos automovilistas desaprensivos? Tal vez, no. La instalación exagerada de pivotes de hierro en espacios públicos vulnera la normativa vigente en favor de las personas, de los discapacitados y sobre todo de los invidentes. ¿Alguien ha pensado en ellos.

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