El factor Monteseirín

Hace año y medio, el número dos del PSOE federal, José Blanco, le trasladó al alcalde de Sevilla su preocupación por los resultados electorales en la ciudad, una inquietud basada en los sondeos.

-No te preocupes, Pepe-, le contestó Alfredo Sánchez Monteseirín- esto no es nada nuevo. Esto siempre es así.

El candidato socialista a la reelección a la alcaldía de Sevilla va camino de revalidar su tercer mandado al frente del Ayuntamiento, según todas las encuestas, y de convertirse en el único que lo consiga en Sevilla, una ciudad que nunca ha permitido, en democracia, que sus...

Hace año y medio, el número dos del PSOE federal, José Blanco, le trasladó al alcalde de Sevilla su preocupación por los resultados electorales en la ciudad, una inquietud basada en los sondeos.

-No te preocupes, Pepe-, le contestó Alfredo Sánchez Monteseirín- esto no es nada nuevo. Esto siempre es así.

El candidato socialista a la reelección a la alcaldía de Sevilla va camino de revalidar su tercer mandado al frente del Ayuntamiento, según todas las encuestas, y de convertirse en el único que lo consiga en Sevilla, una ciudad que nunca ha permitido, en democracia, que sus alcaldes se consoliden y marquen etapas. Sevilla no tiene un Tierno Galván o un Maragall o una Barberá. Sevilla siempre ha devorado a sus alcaldes.

"Este alcalde va a pasar a la historia como el que quitó los autobuses de la Catedral"

Una de las constantes de la carrera política de Monteseirín es que genera muchas dudas en su entorno. Y las dudas, en política, provocan nerviosismo e intranquilidad, más aún cuando Sevilla es la única gran ciudad de España, junto con Barcelona, gobernada por un socialista.

Eso fue lo que ocurrió hace más de un año cuando en el PSOE, tanto en la dirección provincial como en la federal, se barajó buscar un nuevo cartel electoral para conjurar la negatividad de un posible factor Monteseirín. "Todos los indicadores del partido estaban bien, pero el único que fallaba era el del candidato", reconoce un dirigente socialista. La decisión no se tomó porque fue determinante la opinión del presidente de la Junta y líder de los socialistas andaluces, Manuel Chaves. Su tesis fue y es que a los alcaldes los quitan los ciudadanos, no los partidos.

Una vez que fue ratificado, Monteseirín tomó la decisión de crear un equipo de estrategia electoral en el que participan no sólo sus concejales de más confianza (Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Emilio Carrillo o Fran Fernández), sino miembros de la ejecutiva federal, de la regional (Miguel Ángel Vázquez) y del Gobierno andaluz (José Manuel Cervera y Alejandro Martín). De ese núcleo salió la idea de hablar de un programa oculto del PP.

A lo largo de su trayectoria, Monteseirín nunca ha conseguido salir aprobado en una encuesta. Los votantes de la derecha lo puntúan con un cero y los votantes socialistas le conceden notas modestas, por lo que su media suele ser muy baja.

Sus colaboradores aseguran que Monteseirín es un tipo "normal". ¿Y eso que significa? "Que no es brillante, ni carismático y que genera poco entusiasmo; pero es un gestor, dirige con criterios de consenso. Y eso constituye la esencia de la política", coinciden en señalar varios. Una de las cosas que más le reprochan los suyos es que el candidato socialista, de vez en cuando, improvisa discursos o reflexiones que, sacadas de contexto, suenan a extravagancias.

Desde hace más de dos meses, el alcalde ha dejado de generar inquietud en su partido. Ni siquiera el viejo fantasma del caso de las facturas falsas, resucitado por el aspirante del PP, Juan Ignacio Zoido, en un debate televisivo, ha erosionado esta impresión. "Estamos muy tranquilos con Sevilla", afirma un miembro de la ejecutiva federal, un mensaje que comparten dirigentes de la dirección regional.

Por primera vez en dos legislaturas, el PSOE está muy satisfecho con la gestión del Ayuntamiento de Sevilla, cuyos proyectos más emblemáticos han sido incorporados en sus ofertas electorales por alcaldes del Partido Popular. El dubitativo Monteseirín sorprendió a los suyos por aguantar las presiones brutales en torno a la peatonalización del centro de Sevilla, un proyecto que ningún otro alcalde se atrevió a acometer, o por la construcción del carril bici, prometidos en tantas legislaturas, o por el ritmo de construcción de viviendas de protección oficial, que han situado a Sevilla como la ciudad española con más VPO. "La realidad es muy tozuda y al final este alcalde va a pasar a la historia como el que quitó los autobuses de la Catedral", afirma un miembro del equipo electoral.

"Los hechos son más elocuentes e ilustrativos que los carismas y las imágenes", corrobora un dirigente de Izquierda Unida en alusión a la peatonalización del centro, "y, además: ¿qué alternativa hay?". Este dirigente concluye: "El factor Monteseirín es lo más productivo de los últimos 20 años en Sevilla y además va a competir con ilustres desconocidos, como el factor Zoido, el factor Torrijos y el factor como se llame del PA".