La irresistible ascensión de Toyota

El grupo japonés se convierte en el primer fabricante mundial de automóviles al mismo tiempo que bate todos sus récords de facturación, beneficios y capitalización bursátil

Durante el primer trimestre ya han vendido más coches que nadie. A finales de año esperan alcanzar la cifra de 8,89 millones de unidades matriculadas en todo el mundo, y en 2008 se acercarán a los 10 millones. Sus métodos de producción son objeto de estudio desde hace décadas, y muchas compañías los han incorporado en mayor o menor medida. Sin embargo, ninguno de sus rivales alcanza sus niveles de cumplimiento.

El sincretismo que caracteriza a la filosofía oriental y algunas peculiaridades de su cultura han servido de base para desarrollar un sistema de producción en continua mejora, ac...

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Durante el primer trimestre ya han vendido más coches que nadie. A finales de año esperan alcanzar la cifra de 8,89 millones de unidades matriculadas en todo el mundo, y en 2008 se acercarán a los 10 millones. Sus métodos de producción son objeto de estudio desde hace décadas, y muchas compañías los han incorporado en mayor o menor medida. Sin embargo, ninguno de sus rivales alcanza sus niveles de cumplimiento.

El sincretismo que caracteriza a la filosofía oriental y algunas peculiaridades de su cultura han servido de base para desarrollar un sistema de producción en continua mejora, acompañado de importantes inversiones en marketing, rápida renovación de sus modelos, preocupación por la satisfacción del cliente..., y todo ello sin hacer ruido, para evitar reacciones adversas por parte de consumidores o administraciones que, como en el caso de EE UU, ven a sus grandes fabricantes cerrar plantas y despedir a decenas de miles de trabajadores.

La baja cotización del yen respecto al euro y sobre todo respecto al dólar ha supuesto también un respaldo considerable para mantener las exportaciones desde Japón, que ha desbancado a Estados Unidos como primer productor de automóviles. En la cuna de Elvis Presley se levantará próximamente la octava fábrica de Toyota en Estados Unidos, donde vende casi tres millones de coches al año, y en San Petersburgo, la sexta de Europa.

Únicamente aparece una nube negra en todo este panorama de satisfacciones, y es que a pesar de las importantes inversiones realizadas desde 2002, cuando se incorporan al circo de la fórmula 1, no han conseguido todavía ni una sola victoria en ninguna de las pruebas disputadas.

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