Reportaje:NO FUNCIONA

Los minutos vienen y van

Los andenes de las estaciones de metro no son una sala de fiestas, aunque con frecuencia están llenos de ruidos, incluyendo algo que la dirección de la empresa confunde con música, y los anuncios de unas pantallas de algo parecido a la televisión. A veces incluso hay avisos por megafonía. En los andenes, si se presta atención y no entra un convoy en ese momento, hasta medio se oye lo que dicen. En el interior de los trenes, en cambio, la posibilidad de oír algo es, más que escasa, nula. Y es que la comunicación hacia el ciudadano no es una prioridad en el metro. Una prueba son las múltiples qu...

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Los andenes de las estaciones de metro no son una sala de fiestas, aunque con frecuencia están llenos de ruidos, incluyendo algo que la dirección de la empresa confunde con música, y los anuncios de unas pantallas de algo parecido a la televisión. A veces incluso hay avisos por megafonía. En los andenes, si se presta atención y no entra un convoy en ese momento, hasta medio se oye lo que dicen. En el interior de los trenes, en cambio, la posibilidad de oír algo es, más que escasa, nula. Y es que la comunicación hacia el ciudadano no es una prioridad en el metro. Una prueba son las múltiples quejas sobre el sistema de información de las llegadas de los metros. Es muy normal llegar al andén, mirar el panel y comprobar que el siguiente tren llegará en 2,46 minutos. Al cabo de un tiempo, esos 2,46 deberían ser menos pero, con harta frecuencia, son más, aunque resulta difícil, pero no imposible, captar una desinformación como la que reproduce la fotografía: "Próximo tren 74,48". Sucedió en la estación de Passeig de Gràcia de la línea 2. "Se trata de un error", sostuvo un portavoz de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) cuando se le preguntó por el asunto.

Una respuesta más que obvia, porque como el panel da también la hora (23,55) es evidente que el próximo tren no tardará tanto porque, en una jornada laborable como la que se recoge en la imagen, el metro cierra con puntualidad apenas cinco minutos más tarde.

Los usuarios se quejan de que los cambios de hora que figuran en los paneles informativos no son de fiar y, sobre todo, de que siempre que cambian de hora (y cambian mucho) lo hacen al alza. "Eso ocurre", explica el portavoz de TMB, "porque se va ajustando constantemente la información, de modo que si un tren tarda más en recoger pasaje o se demora por cualquier motivo, se informa a los pasajeros de las siguientes estaciones". La misma fuente señala que otras ciudades tienen menos críticas porque ocultan los segundos, de modo que las modificaciones se producen con menor frecuencia.

Son muchos los lectores que preguntan por qué no se informa sobre los horarios de espera en los paneles que hay a la entrada de las estaciones, antes de que el usuario haya marcado la tarjeta. "Si me señalan que el tren tardará 10 minutos, igual prefiero coger un taxi", dice H. G. TMB explica que no se hace porque los usuarios (siempre culpables de todo, los pobres) saldrían corriendo si vieran que pierden un tren y podrían arrollar a otros pasajeros. La empresa informa "cuando hay incidencias" especiales. Los pequeños retrasos son tan normales que no merecen la menor atención.

Para quejas respecto a las administraciones y empresas públicas hay que dirigirse a catalunya@elpais.es a la atención de Francesc Arroyo.

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