La información municipal fue lenta y contradictoria

El agua comenzó a brotar pasada la una de la madrugada. Cerca del mediodía, la información municipal era casi inexistente. En el centro de control de pantallas de tráfico no ocurría nada anormal y sólo la web municipal mostraba alguna información. Por eso, las radios no pudieron informar del atasco hasta las diez de la mañana. Los carteles luminosos de la vía tampoco anunciaron ninguna incidencia en todo ese tiempo. El atasco monumental a primera hora de la mañana pasó inadvertido para las 75 cámaras del centro de control de Madrid Calle 30, la empresa que controla el estado del tráfico...

El agua comenzó a brotar pasada la una de la madrugada. Cerca del mediodía, la información municipal era casi inexistente. En el centro de control de pantallas de tráfico no ocurría nada anormal y sólo la web municipal mostraba alguna información. Por eso, las radios no pudieron informar del atasco hasta las diez de la mañana. Los carteles luminosos de la vía tampoco anunciaron ninguna incidencia en todo ese tiempo. El atasco monumental a primera hora de la mañana pasó inadvertido para las 75 cámaras del centro de control de Madrid Calle 30, la empresa que controla el estado del tráfico en el interior de los túneles.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, evitó hacer declaraciones durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Pero un portavoz municipal retrasó el inicio de la catarata de agua a las tres de la mañana. Una hora más tarde el propio alcalde y la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, explicaban que el incidente se debía a unas obras de la Comunidad de Madrid en la estación de Príncipe Pío, que provocaron la ruptura de una tubería que empantanó el túnel. Pero el Canal de Isabel II, que depende de la Comunidad, negó la versión municipal. Hasta las cuatro de la tarde, Martínez no reconoció que el incidente se podía deber a la rotura del colector.