Crítica:

Las púas del silencio

Hace cuatro años, Las horas del día (2003), de Jaime Rosales, se convertía en un inusual descubrimiento dentro del paisaje, cada vez más previsible, del cine español.

Su productor, José María de Orbe, debuta ahora en la dirección con un trabajo que parece seguir indagando en el clima moral de ese título, aunque partiendo de un mayor despojamiento dramático.

La línea recta del título podría referirse al unidireccional día a día de su protagonista, una repartidora de correo comercial autosometida a una elocuente y feroz claustrofobia del sentimiento, varada en ese ais...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace cuatro años, Las horas del día (2003), de Jaime Rosales, se convertía en un inusual descubrimiento dentro del paisaje, cada vez más previsible, del cine español.

Su productor, José María de Orbe, debuta ahora en la dirección con un trabajo que parece seguir indagando en el clima moral de ese título, aunque partiendo de un mayor despojamiento dramático.

La línea recta del título podría referirse al unidireccional día a día de su protagonista, una repartidora de correo comercial autosometida a una elocuente y feroz claustrofobia del sentimiento, varada en ese aislamiento que convierte el silencio en púas envenenadas. Con guión del joven crítico Daniel Villamediana, la película parece establecer vínculos con la herencia de Bresson, pero las distancias que establece con este modelo son las que golpean con más fuerza al espectador: no hay aquí ningún proceso de redención espiritual, quizá porque ya no hay espíritu, sino un abismo que, cómo no, nos devuelve la mirada.

LA LÍNEA RECTA

Dirección: José María de Orbe. Intérpretes: Aina Calpe, Blanca Apilánez, Ferran Madico, Miquel Bordoy. Género: drama. España, 2006. Duración: 94 minutos.

Más información
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En