Tribuna:FIRMA INVITADA | SIGNOS

'Esto es Prin' lalá'

Imagina que una nave espacial se acercase a la Tierra en busca de sonidos. Seguro que sus ocupantes quedarían seducidos por la voz de Isabel, Blanca y Macarena, tres niñas de Cabra (el centro geográfico de Andalucía), y las invitarían a dar una vuelta por la galaxia. El resultado de ese viaje, a su regreso, sería Esto es Prin' lalá. O al menos eso me cuenta Fernando Vacas, líder de Flow y cerebro de Prin' lalá, la nueva sensación del indiepop español, que acaba de debutar con su primer disco al abrigo del sello cordobés Eureka.

Ésta podría ser una explicación fantástica para most...

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Imagina que una nave espacial se acercase a la Tierra en busca de sonidos. Seguro que sus ocupantes quedarían seducidos por la voz de Isabel, Blanca y Macarena, tres niñas de Cabra (el centro geográfico de Andalucía), y las invitarían a dar una vuelta por la galaxia. El resultado de ese viaje, a su regreso, sería Esto es Prin' lalá. O al menos eso me cuenta Fernando Vacas, líder de Flow y cerebro de Prin' lalá, la nueva sensación del indiepop español, que acaba de debutar con su primer disco al abrigo del sello cordobés Eureka.

Ésta podría ser una explicación fantástica para mostrar en qué consiste este fantástico grupo. Pero necesitamos saber más: traducir una representación sonora en una representación verbal. Ya tenemos tres voces oscuramente angelicales, un demiurgo avezado en la experimentación musical y en la elaboración de melodías memorables. Hay que añadir un chelo, un violín, una viola, piano y órganos, una flauta, trompetas, guitarras, percusión, más voces hermosas y multitud de efectos sonoro-lúdicos (jarras de agua, cajas de música, cacharrería varia). Faltan las letras, auténticos poemas propios y ajenos escritos con la gracia de la lírica que se interesa por lo normal, cuando lo normal es estar tan en las nubes como en el suelo: "con mi encadenamiento a la tierra pago la libertad de mis ojos", en palabras del argentino Antonio Porchia. Pero seguro que se me escapa el ingrediente secreto de este destilado cuyo sabor oscila entre el clasicismo y la vanguardia, la infancia y la adultez.

Para los que somos ya adultos (o al menos eso pensamos), de la laguna desecada de la infancia apenas queda una charquita. Sin embargo, después de escuchar estas canciones con aire de nana, de coro de colegio, de fábula, de romance, de cuento fantástico, de terror y de ciencia-ficción, resulta que esa charca tiene peces de colores, juncos verdes, rostros que buscan su reflejo, sol y nubes a lo lejos, de las que traen lluvia. Alguna vez fuimos frágiles como niños: "voy a vivir sin miedo / si estoy contigo todo es bueno". Y supimos verdades que quizás hoy hayamos olvidado: "cerca de un ángel / está el secreto... y no lo veis".

No se trata de un disco infantil, si tomamos el adjetivo sólo en su acepción habitual para este contexto: "dirigido a los niños". Antes bien, consiste en una investigación sobre ese purgatorio perdido que denominamos infancia. Esto es Prin' lalá.

Ah, por si no lo habían leído antes en cualquier otro sitio, el grupo toma su nombre de una mascota célebre del poeta maldito Leopoldo María Panero.

Con su debut, además, las tres niñas y sus secuaces extraterrestres se colocan al frente del panorama musical cordobés, una pequeña movida abierta y ecléctica que aglutina a bandas como Flow (Eureka), Limousine (Mushroom Pillows), Deneuve (Grabaciones en el mar) o los prometedores Juan Carlos. Todos ellos amparados por sellos de primera división. Su música forma parte de un renacimiento mayor integrado también por escritores y artistas plásticos, entre otros colectivos, que hacen de la Córdoba contemporánea un lugar particularmente habitable para la creación. Incluso para los niños, y el niño que todos llevamos dentro.

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Juan Antonio Bernier es autor del poemario Así procede el pájaro.

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