Reportaje:Fútbol | 26ª jornada de Liga: un gran clásico

"Necesitaba algo así"

Messi admite que le hacían falta goles como los que marcó el sábado al Madrid

"¡Messi, Messi, Messi!" El Camp Nou, antes de alcanzar el descanso en el clásico, ya se plegó a la grandeza del pequeño jugador argentino cuando marcó el segundo gol chutando con toda su fuerza a la parte alta de la red. Y, luego, el estadio azulgrana se rindió ante Messi en el tercer y último gol del jugador más joven de la plantilla (Rosario, Argentina; 1987) cuando recogió un pase de Ronaldinho, se escoró a la izquierda, se fue de Helguera y metió un zurdazo imparable. Leo, el niño, como le llaman en el vestuario, fue el azulgrana más grande y se convirtió, como dijo Frank Rijkaard, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"¡Messi, Messi, Messi!" El Camp Nou, antes de alcanzar el descanso en el clásico, ya se plegó a la grandeza del pequeño jugador argentino cuando marcó el segundo gol chutando con toda su fuerza a la parte alta de la red. Y, luego, el estadio azulgrana se rindió ante Messi en el tercer y último gol del jugador más joven de la plantilla (Rosario, Argentina; 1987) cuando recogió un pase de Ronaldinho, se escoró a la izquierda, se fue de Helguera y metió un zurdazo imparable. Leo, el niño, como le llaman en el vestuario, fue el azulgrana más grande y se convirtió, como dijo Frank Rijkaard, en el salvador del Barça. Ese gol, ese punto, visto lo sucedido ayer en Tarragona con la derrota del Sevilla, vale su peso en oro. Permite al Barça recuperar el liderato e impidió momentáneamente al Madrid entrar en la lucha por el título.

Más información

"Necesitaba mucho hacer un partido así. Venía de una lesión. Estaba haciendo encuentros buenos, pero tenía una cuenta pendiente con el gol. Disfrutaba de ocasiones, pero no las metía", admitió ayer el argentino en el Camp Nou después del ensayo en el campo de La Masia, donde firmó multitud de autógrafos y se retrató ante las cámaras y los teléfonos móviles de todos los aficionados que se lo pidieron. Vestido después con una camiseta a rayas azules y blancas, los colores de su selección, Messi reconoció en la sala de prensa que el sábado cuajó la mejor actuación de su corta carrera. "Obviamente que sí", dijo. "Habría sido mejor ganar, pero tendré un recuerdo lindo siempre. Estuve tranquilo durante el partido. Ya no corro tan alocadamente como antes", añadió en alusión a que supo dosificarse para llegar con esa punta de velocidad a la prolongación.

Quizá le faltaba un partido así a este extraordinario delantero para consagrarse entre los mejores. A Messi se le recordaba hasta ahora por su pletórico debut en el Bernabéu en 2005 (0-3) y por su fútbol directo en Stamford Bridge en 2006 (1-2) el día en que Del Horno fue expulsado y José Mourinho le acusó de "hacer teatro". Una lesión le descabalgó de la final de la Liga de Campeones de París y otra le apartó en noviembre del equipo. Pero en el interín le alcanzó para marcar tres goles en la Liga (Celta, Osasuna y Sevilla), para ser el mejor del Barça en el Bernabéu (2-0) y para lograr un empate vital en Bremen (1-1). Tras reaparecer hace un mes, Messi, el sábado, fue letal tomando el testigo de algunos de sus compañeros. "Siempre he sabido lo gran jugador que es", dijo anoche Eto'o a TV3. "Pero le he dicho muchas veces a Leo que tenía una gran cuenta pendiente con el gol. Y ahora que los ha marcado es aún más grande", le alabó el camerunés, que corrió a tal velocidad desde el banquillo para abrazar a Messi tras el empate y llegó, salvo Sylvinho, antes que nadie.

Y ahora La Pulga, como le apodan en Argentina, o El Pequeño Diablo, como le definió Fabio Capello en el torneo Gamper, ya ha entrado en la historia del Barça. Tiene solo 18 años y es el segundo jugador, después de Romario, que logra un hat-trick en un clásico después de 13 años. No paró de recibir felicitaciones de amigos y familiares y contó que dedicó el primer gol a su tío -Fuerza tío, se leyó en su camiseta- porque acaba de perder a su padre: "Él es mi padrino, como mi segundo papá. Quise darle todo mi apoyo". Pretendido por el Inter, Messi explicó que festejó el empate besando el escudo azulgrana para "agradecer" a este club todo lo que ha hecho por él: "Es una forma de devolverle todo el cariño que me ha dado". Muy dolido por la derrota en Liverpool -"ellos jugaron feo"-, Messi se fue feliz con sus goles y sin querer oír ni una crítica contra sus compañeros: "Siempre damos la talla. Cuando mejor jugábamos, nos quedamos con uno menos".

Messi celebra el gol del definitivo empate del Barça contra el Madrid.ASSOCIATED PRESS

Archivado En