El claustro de la Valldigna queda restituido

El retorno de la arquería, ubicada en Torrelodones desde 1926, ha costado un millón

El claustro gótico del Palacio del Abad luce ya en su estancia original del monasterio cisterciense de Santa María de la Valldigna. Las 283 piezas que conforman esta joya arquitectónica fueron desmontadas, entre los años 1920 y 1926, por orden del conde de las Almenas y trasladadas a la finca madrileña del Canto del Pico en Torrelodones. La Generalitat valenciana, propietaria del cenobio, cerró en 2003 el largo proceso para recuperar esta joya arquitectónica con la adquisición del claustrillo. La operación costó a las arcas valencianas un millón de euros

A esa cantidad hay que sumar otr...

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El claustro gótico del Palacio del Abad luce ya en su estancia original del monasterio cisterciense de Santa María de la Valldigna. Las 283 piezas que conforman esta joya arquitectónica fueron desmontadas, entre los años 1920 y 1926, por orden del conde de las Almenas y trasladadas a la finca madrileña del Canto del Pico en Torrelodones. La Generalitat valenciana, propietaria del cenobio, cerró en 2003 el largo proceso para recuperar esta joya arquitectónica con la adquisición del claustrillo. La operación costó a las arcas valencianas un millón de euros

A esa cantidad hay que sumar otros 100.000 euros para la elaboración de una réplica que reemplazará a la original en el palacete madrileño. El expediente para retornar la pieza arquitectónica al cenobio valenciano (fundado por Jaume II de Aragón en 1298) se inició en agosto de 2005, y fue aprobado por el Consejo de Ministros el 13 de enero de 2006. Dos meses después, la Consejería de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid autorizaba patrimonialmente el proyecto de reintegración del claustrillo alto del Palacio del Abad. Ese mismo año, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Torrelodones aprobaba la concesión de la licencia para su desmontaje. El 3 de enero de 2007 el municipio madrileño concedía el último trámite de este largo proceso, la licencia municipal de obras que permitía desmontar el elemento del Canto del Pico. Las 283 piezas del claustrillo llegaban a la Valldigna a finales de ese mes. La Federación de Constructores Valencianos (Fecoval) se encargó del desmontaje, traslado y rehabilitación de esta joya gótica.

El arquitecto-conservador del monasterio valenciano, Salvador Vila, manifestó ayer que la mayoría de las piezas se encontraban en mal estado y han tenido que ser restauradas. La empresa Arción, S.A. Construcciones (miembro de Fecoval) ha sido la encargada de los trabajos. La reintegración del claustrillo es el paso inicial y más importante de un proyecto más amplio que permitirá rehabilitar la antigua estancia del Palacio del Abad y posibilitar su visita. La actuación contempla la reconstrucción del forjado de madera del perímetro y la escalera gótica que permite el acceso a la planta donde se ubican las arcadas. En las excavaciones del perímetro de esta estancia del monasterio, dirigidas por el arqueólogo José Manuel Martínez, se ha encontrado además la huella del arranque de un claustro, en la zona del muro sur, que no estaba documentado.

A la inauguración de las obras de restitución del claustrillo del Palau del Abad acudieron el consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, el director de la Fundación Jaume II El Just, Vicente Burgos, y autoridades de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Torrelodones.

Protesta contra el 'amigo'

Una concentración, organizada por la agrupación del Bloc Nacionalista Valencià en Simat de la Valldigna, esperaba a los cargos públicos en la entrada del monasterio. Protestaban por el nombramiento del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, como Amic de la Valldigna, un galardón que anualmente otorga la Mancomunitat de Municipis de la Valldigna a personas distinguidas por su labor a favor del cenobio y el valle. El colectivo Valldigna, som i serem ha iniciado también una campaña de recogida de firmas por internet para rechazar el premio. Argumentan que la gestión del presidente popular se ha caracterizado por "destruir la Valldigna", al haber autorizado el paso por el valle de la línea de alta tensión que Iberdrola construye entre Villanueva de Castellón y Gandia; la aprobación de planes urbanísticos "especulativos" en la zona y haber "permitido el paso del trasvase Xuquer-Vinalopó".

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