Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL

Cuidando el futuro

En estos días hemos sido testigos del renovado interés por desarrollar fuentes alternativas de energía, para sostener el progreso económico en el futuro, evitando daños catastróficos sobre el clima. Ya vemos anuncios de subsidios a biofuels, energía solar, eólica, etcétera. Incluso la energía nuclear pareciera estar resucitando. Sin embargo, se habla poco de incentivar un uso más eficiente de las fuentes de energía existentes, a pesar de que los expertos reconocen que ése es el mecanismo más seguro para bajar emisiones y reducir dependencia de fuentes de abastecimiento inseguras en el corto pl...

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En estos días hemos sido testigos del renovado interés por desarrollar fuentes alternativas de energía, para sostener el progreso económico en el futuro, evitando daños catastróficos sobre el clima. Ya vemos anuncios de subsidios a biofuels, energía solar, eólica, etcétera. Incluso la energía nuclear pareciera estar resucitando. Sin embargo, se habla poco de incentivar un uso más eficiente de las fuentes de energía existentes, a pesar de que los expertos reconocen que ése es el mecanismo más seguro para bajar emisiones y reducir dependencia de fuentes de abastecimiento inseguras en el corto plazo.

La mayor fuente de distorsiones en el uso de combustibles son los grandes subsidios a su consumo, por la vía de sostener precios artificialmente bajos. Éstos son muy elevados en países productores de energía como Rusia, Irán o Arabia Saudí, aunque también están presentes en grandes consumidores como China e India. Lo paradójico es que una fracción elevada de ese subsidio va a financiar consumo de gasolinas por los grupos más ricos en esos países, en los que el automóvil es un bien de lujo que sólo está al alcance de unos pocos. También se financia la calefacción, pero todos sabemos que hay mecanismos más eficientes para asegurar calefacción para los pobres, minimizando el derroche. Estos subsidios suman más de 220.000 millones de dólares anuales. Una paradoja notable es que Rusia, Irán, China y otros países necesitan invertir grandes cantidades para desarrollar su oferta energética y están enfrentando serios problemas de financiamiento para hacerlo. Eliminar estos subsidios permitiría financiar casi la mitad de las inversiones en energía de estos países en los próximos 25 años.

Los expertos recomiendan incentivar un uso más eficiente de las fuentes de energía existentes para bajar emisiones y reducir dependencias

Pero el apoyo estatal al derroche de energía no sólo ocurre en países en desarrollo. En los países más avanzados se gastan ingentes sumas para apuntalar actividades como agricultura y pesca industrial. Las flotas japonesas rusas y españolas reciben del orden de 150 millones anuales de dólares, más de la mitad de los cuales ocurren bajo la forma de subsidios al uso de combustibles.

Eliminar subsidios al consumo de combustibles permitiría financiar casi la mitad de las inversiones en expansión de producción de energía en países en desarrollo en los próximos 25 años.

Joaquín Vial es economista jefe de Tendencias Globales del Servicio de Estudios del BBVA.

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