Juicio por el mayor atentado en España

Un informe interno del policía que detuvo a Trashorras tampoco cita a ETA

El documento, obra del inspector jefe Parrilla, explica cómo el ex minero acusa "a los moros"

El inspector jefe que participó en el primer interrogatorio a José Emilio Suárez Trashorras y formalizó su detención tampoco incluyó en sus informes referencia alguna a que el ex minero citara a ETA de alguna manera. Antonio Jesús Parrilla elaboró una nota de interna de cinco folios, ya incluida en el sumario, que es "una memoria detallada de los hechos" del primer viaje a Asturias en busca de los explosivos del 11-M. El documento revela cómo el ex minero sólo acusó del atentado a "unos moros de Madrid", con quienes había estado en la mina Conchita el día que obtuvieron la dinamita y los deton...

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El inspector jefe que participó en el primer interrogatorio a José Emilio Suárez Trashorras y formalizó su detención tampoco incluyó en sus informes referencia alguna a que el ex minero citara a ETA de alguna manera. Antonio Jesús Parrilla elaboró una nota de interna de cinco folios, ya incluida en el sumario, que es "una memoria detallada de los hechos" del primer viaje a Asturias en busca de los explosivos del 11-M. El documento revela cómo el ex minero sólo acusó del atentado a "unos moros de Madrid", con quienes había estado en la mina Conchita el día que obtuvieron la dinamita y los detonadores.

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Con éste, ya son tres los informes sobre la detención de Trashorras, dos de la policía y uno del CNI, que no dicen nada de que el acusado citara siquiera a ETA.

El documento fue localizado en el "legajo correspondiente al viaje a Asturias del 11-M, Brigada Primera de Terrorismo Internacional, sección 1ª, grupo 3", de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Comisaría General de Información. Un informe remitido al juez explica que se trata "de una nota personal que, por las características de la misma, se atribuye al inspector que se desplazó a Asturias". Otro informe remitido al juez Juan del Olmo por el que en marzo de 2006 era jefe de la UCIE, Nemesio Villar, precisa: "Por el contenido y detalles de la nota se puede asegurar que fue redactada por el inspector Parrilla". No obstante, el documento va sin firma.

Parrilla, efectivamente, fue el inspector jefe de la UCIE (encargada de terrorismo internacional), que se desplazó a Asturias junto al comisario Miguel Ángel García Gamonal, especialista en ETA. Ambos fueron enviados a investigar la trama de los explosivos por el entonces comisario general de Información, Jesús de la Morena, dado que aún se trabajaba en la posibilidad de que la banda vasca estuviera implicada. Parrilla, con el tiempo, se fue de Información y fue encarcelado por revelación de secretos al diario El Mundo, en relación con una mafia policial. Este diario publicó que Trashorras había dicho que Jamal Ahmidan, El Chino, conocía a los etarras detenidos en Cañaveras (Cuenca) cuando llevaban a Madrid una furgoneta con cloratita.

Una cabina de Asturias

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El documento de Parrilla confirma la sospecha de que se organizó un viaje a Asturias porque los detonadores hallados en la Renault Kangoo y la única mochila desactivada "pudieran proceder de la empresa Caolines de Merillés", según el jefe del Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano. Los agentes se reunieron con los responsables de la mina Conchita y, mientras hacían pesquisas, fueron informados de que tarjetas de teléfonos móviles relacionadas con el 11-M habían estado en contacto con una cabina de Avilés, sobre todo los días 28 y 29 de febrero, días del robo de Goma 2.

Los agentes fueron informados por el Jefe del Grupo de Estupefacientes de Avilés, Manuel Rodríguez, Manolón, "de la existencia de un individuo, vecino de esta localidad, traficante de drogas y colaborador circunstancial de la policía, quien afirma conocer a unos moros de Madrid que pudieran haber tenido alguna participación en los atentados". Los comentarios de Trashorras, al que en el informe se cita como "EST", se los hizo a Manolón "siempre después del 11-M", sin que el policía le prestase "excesiva atención" al considerarlas "quimeras".

Los policías llegados de Madrid, así como el agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) radicado en Oviedo Santiago Díaz, le dijeron a Manolón que querían escuchar en directo el relato del minero. "Es así como sobre las 13 horas del día 17 de marzo y citado telefónicamente por el jefe de Grupo de Avilés, acude voluntariamente EST a la comisaría y relata a los funcionarios desplazados (miembro del CNI incluido) los hechos relacionados con los marroquíes de Madrid". Trashorras, desde ese momento y "hasta las seis o las siete de la mañana del día 18, de manera distendida", relató cómo conoció a los marroquíes y los trapicheos con drogas que tenía con ellos. "En esos momentos iniciales de la entrevista", escribe Parrilla, "insiste en albergar serias sospechas sobre la autoría de éstos en los atentados de Madrid por la manera en que en alguna ocasión les había oído referirse a los atentados de Estados Unidos en septiembre de 2001 (como fanáticos religiosos)". Los "moros", explicó el ex minero, habían justificado el 11-S y habían afirmado: "Los musulmanes constituyen el ejército más poderosos del mundo porque no tienen miedo a morir".

El ex minero dio "un aluvión de datos sobre estos individuos", y, ante el "aparente escepticismo" de los policías, llegó a "ofrecerse para desplazarse a Madrid y buscar el mismo a los moros". Luego, confesó "de forma espontánea" que había trabajado en la mina Conchita, en Tineo. Éste fue el momento más tenso de la entrevista, ya que entonces se puso de manifiesto que él era la persona que podía tener contacto con los supuestos terroristas del 11-M y, a la vez, tener acceso a los explosivos.

José Emilio Suárez Trashorras, durante el juicio por la Operación Pipol, en octubre de 2006. Informe sobre la confesión de Trashorras.EFE

La confesión del ex minero

El ex minero José Emilio Suárez Trashorras acabó por relatar a la policía, el 17 de marzo de 2004, cómo, a su entender, pudo producirse el robo de explosivos en la mina Conchita. Los agentes le hicieron confesar abrumándolo con datos sobre el tráfico de llamadas entre su teléfono y el de su esposa con los de los de la banda de El Chino. Trashorras intentó despistar a los policías. Dijo que los marroquíes se habían "aprovechado de él", ya que durante el tiempo que estuvo con ellos "les comentó que había trabajado en una mina en que había dinamita y detonadores e, incluso, en el transcurso de alguna excursión por Asturias les había indicado la ubicación de la misma". Añadió que sus amigos marroquíes, "aprovechándose de su incontinencia verbal producida al parecer por la bebida", se habían desplazado "sin su conocimiento a la explotación minera y habían robado el material". No coló. Las llamadas de teléfono revelaban "que había estado la noche del 28 al 29 de febrero en la zona de la mina", coincidiendo con el robo de la dinamita. Tras esto, Trashorras confesó. Pero argumentó que estuvo en la zona "para recoger a los moros que se habían perdido en esas inmediaciones cuando viajaban a Asturias para realizar una entrega de drogas".

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