Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones: ida de los octavos de final

Choque de trenes en San Siro

Quique espera un partido "muy físico" ante un Inter con gran potencial aéreo, pero menos temible sin Vieira

Reunida en cónclave en la cola del avión que la llevaba ayer a Milán, la vieja guardia del Valencia pensaba en todo menos en el Inter, su rival de esta noche en San Siro, que solamente acogerá a los 35.000 abonados según las normas de seguridad de la UEFA. "¿Ha visto alguno partidos recientes del Inter?". "No, prefiero verlo mañana [hoy] en directo", decía Cañizares, recuperado ya del virus de la gripe que lo dejó fuera del clásico contra el Barça. "Yo he visto algún rato, pero cambia mucho de jugadores", añadía el capitán, Albelda. A continuación, Angulo soltaba una carcajada cuando se le hab...

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Reunida en cónclave en la cola del avión que la llevaba ayer a Milán, la vieja guardia del Valencia pensaba en todo menos en el Inter, su rival de esta noche en San Siro, que solamente acogerá a los 35.000 abonados según las normas de seguridad de la UEFA. "¿Ha visto alguno partidos recientes del Inter?". "No, prefiero verlo mañana [hoy] en directo", decía Cañizares, recuperado ya del virus de la gripe que lo dejó fuera del clásico contra el Barça. "Yo he visto algún rato, pero cambia mucho de jugadores", añadía el capitán, Albelda. A continuación, Angulo soltaba una carcajada cuando se le hablaba de que la prensa italiana está impresionada con su actuación del domingo ante los azulgrana y que el técnico interista, Roberto Mancini, baraja dar entrada al central Burdiso como lateral izquierdo para taparle. En un ambiente distendido, Ayala, tan expresivo en el campo, sonreía silencioso a las ocurrencias de sus compañeros y Villa, un recién llegado al grupo, tomaba nota: está aprendiendo, adentrándose en el sanedrín de la vieja guardia, muy unida al entrenador, Quique Flores, y, por extensión, muy alejada del director deportivo, Amedeo Carboni.

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El valencianismo está dividido en dos, como se escenificó en el viaje a Milán. Por una parte, Carboni, arropado todavía por el presidente, Juan Soler, y por el presidente de la Agrupación de Peñas, Jaume Part. Y por otro, Quique y gran parte de la plantilla y de la prensa. El penúltimo capítulo de desencuentros se produjo tras la victoria frente al Barça (2-1). Carboni se dejó caer por el vestuario, le hizo saber a Angulo que no está dispuesto a mejorarle el contrato y mantuvo un aparte con todos los jugadores descontentos del entrenador, aquéllos que menos juegan. Detalles que molestaron sobremanera a Quique, que entiende que cada decisión del director deportivo va destinada a perjudicarle.

"¿El punto débil del Inter? No lo veo", frunce el ceño el entrenador del Valencia, que espera un partido "muy físico", de pierna larga, y que va a recalcar una recomendación a sus jugadores: hay que defenderse lo más lejos posible del área. Es la manera de combatir el potencial aéreo interista, que cuenta con torres como Ibrahimovic, Crespo, Adriano, Materazzi y Burdiso. Al contrario que el Valencia, el cuadro de Mancini, que suma 16 victorias consecutivas en la Liga italiana, juega mucho por dentro, sin extremos, pero con laterales largos.

La baja de Vieira, verdugo de España en los octavos de final del pasado Mundial, aumenta las expectativas valencianistas, que pasan por la fortaleza que han adquirido en el medio Albelda y Marchena. Quique está muy satisfecho con Marchena como medio centro después de su floja campaña anterior como central. En realidad, el técnico está convencido del buen rendimiento de su equipo esta noche contra el Inter. Ante los grandes adversarios, su equipo no suele fallar. Le sobra motivación. Le preocupa más el choque del domingo contra el Nàstic en Tarragona.

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