Reportaje:

Órdago a lo grande

Airbus confía en el éxito del A-380 ante la demanda prevista de grandes aviones comerciales

Al día siguiente del primer vuelo del gigante de Airbus con capacidad para transportar entre 500 y 800 pasajeros, según la configuración que solicite la línea aérea, Air France anunciaba la posible ampliación de su pedido de este transatlántico aéreo de 10 a 14 unidades.

Si se confirman serían ya 170 los encargos recibidos, la mayor parte de los cuales tendrá que negociar con las compañías las indemnizaciones por el retraso en las fechas de entrega. Algo a lo que en la sede francesa del fabricante europeo apenas dan importancia convencidos del éxito del mismo por la gran demanda que cal...

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Al día siguiente del primer vuelo del gigante de Airbus con capacidad para transportar entre 500 y 800 pasajeros, según la configuración que solicite la línea aérea, Air France anunciaba la posible ampliación de su pedido de este transatlántico aéreo de 10 a 14 unidades.

Si se confirman serían ya 170 los encargos recibidos, la mayor parte de los cuales tendrá que negociar con las compañías las indemnizaciones por el retraso en las fechas de entrega. Algo a lo que en la sede francesa del fabricante europeo apenas dan importancia convencidos del éxito del mismo por la gran demanda que calculan durante los próximos años. No les preocupa tampoco haber tenido que ampliar el número de unidades vendidas para alcanzar el nivel de beneficios, situado en 250 aviones antes de los retrasos anunciados y el coste económico correspondiente. Guardan en secreto la nueva altura del listón para superar los números rojos, con el mismo celo que Singapore Airlines esconde en unos hangares de Hamburgo los interiores del primer ejemplar que recibirá el próximo mes de octubre.

El lanzamiento del A-380 es un acontecimiento importante ante los tiempos difíciles que se avecinan en los centros de producción
El nuevo icono de la aviación comercial acaba con el monopolio ejercido durante más de tres décadas por el 'jumbo' B-747 de Boeing

Se trata de un nuevo icono de la aviación comercial con el que el fabricante europeo acaba con el monopolio que ha ejercido Boeing con el jumbo, B-747, durante más de tres décadas, por lo que resulta más que simbólico el que Fernando Alonso, vicepresidente de Airbus y responsable de los ensayos de este proyecto, compare el A-380 con un A-340 encima de un B-747.

Si los hechos se ajustan a las expectativas nadie duda a partir de ahora de la ventaja tecnológica y comercial adquirida por el fabricante europeo en este segmento. Pero no es éste el único frente que mantiene abierto con su rival estadounidense.

En Boeing están convencidos de que la mayor parte de los nuevos aviones que soliciten las líneas aéreas durante los próximos años serán de tamaño medio y han echado el resto con su B-787 dreamliner, para 250 a 300 pasajeros y con el que ya han conseguido una ventaja importante sobre el A-350, que sacará Airbus algunos años más tarde.

El lanzamiento del A-380 es de cualquier manera un acontecimiento importante ante los duros tiempos que se acercan en Airbus para redistribuir la producción entre los distintos centros de Alemania, Francia, Inglaterra y España. Una situación de la que afortunadamente han permanecido al margen los responsables del A-380, según Fernando Alonso.

A pesar de su mayor tamaño y la potencia de los motores, el A-350 puede operar en cualquier aeropuerto donde lo haga el jumbo B-747, con menos ruido.

Más ancho que largo

Entre las múltiples características que hacen del A380 un ejemplar único hasta ahora en el desarrollo de la aviación comercial se encuentra el hecho de que su longitud entre las alas es superior a la distancia entre la cabina y la cola, 79,8 metros de envergadura, frente a 72,7 de largo. No es de extrañar por tanto que la oscilación que se puede alcanzar en el extremo de las alas sea de hasta seis metros, sin que éstas se rompan.

Gracias a estas dimensiones se consigue una suavidad en el vuelo que hace más llamativa la luminosidad y el silencio interior a pesar de estar empujado por cuatro motores con una potencia que equivale a la de 3.500 automóviles de tamaño medio y que, sin embargo, logra unos niveles de consumo y contaminación inferiores a los previstos por la normativa europea para el año 2015, ya que consume 2,9 litros de queroseno por pasajero cada 100 kilómetros.

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