Aguirre afirma que el examen electoral es para Zapatero

Fue la candidata más aplaudida. Esperanza Aguirre recibió ayer por la mañana el apoyo unánime y más ruidoso de los simpatizantes de su partido, que llenaron el Palacio de Congresos del paseo de la Castellana. Junto a la presidenta de la Comunidad estuvieron el resto de candidatos autonómicos del PP a las próximas elecciones de mayo. Todos ellos, y Aguirre no hizo excepción, presentaron los comicios de dentro de tres meses como una suerte de plebiscito de los españoles contra la gestión del Gobierno y especialmente de su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

"Las próximas elecciones ...

Fue la candidata más aplaudida. Esperanza Aguirre recibió ayer por la mañana el apoyo unánime y más ruidoso de los simpatizantes de su partido, que llenaron el Palacio de Congresos del paseo de la Castellana. Junto a la presidenta de la Comunidad estuvieron el resto de candidatos autonómicos del PP a las próximas elecciones de mayo. Todos ellos, y Aguirre no hizo excepción, presentaron los comicios de dentro de tres meses como una suerte de plebiscito de los españoles contra la gestión del Gobierno y especialmente de su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

"Las próximas elecciones son las más importantes y trascendentes de los últimos tiempos, porque los ciudadanos de la calle tienen necesidad de hablar y participar en las decisiones políticas", dijo Aguirre. Como prueba de ello, la presidenta subrayó: "Ahí están las manifestaciones de los últimos meses". Esa frase arrancó una de las mayores ovaciones de un público fiel, que olvidó conscientemente que no todas las marchas se han centrado en criticar al Gobierno.

La presidenta madrileña notó el aliento que otorga jugar en casa. Ese plus sirvió para que Aguirre lograra levantar de sus asientos a más de medio auditorio antes de comenzar su intervención. Sus seguidores ondearon los colores de España y banderines naranjas con el emblema del partido. Los gritos de apoyo impidieron que comenzara su intervención a tiempo. Así que Aguirre no tuvo más remedio que señalar su reloj para recordar a sus simpatizantes que sólo disponía de tres o cuatro minutos.

Y eso duró su intervención, en la que, además de presentar a Rajoy como alternativa a Zapatero, alabó la gestión del PP al frente de la Comunidad. "Madrid ha cambiado desde que gobierna el PP", aseguró. Un tiempo en el que también participó el actual alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, al que Aguirre le reconoció su parte del trabajo. La candidata ubicó a la Comunidad como "líder dentro de las regiones de España" y se marcó el objetivo de que también lo sea de Europa en la próxima legislatura. "Pedimos a los ciudadanos que nos renueven su confianza porque Madrid ha dado un salto de gigante. De una región pesimista y desmoralizada como le gusta al PSOE hemos pasado a estar a la cabeza de Europa gracias a los dirigentes del PP", manifestó.

Aguirre cerró su breve intervención igual que la empezó, incidiendo en la idea de que las elecciones autonómicas y municipales servirán de primarias para las generales. Una oportunidad, a juicio de Aguirre, para demostrar que el PSOE no es el partido adecuado para gobernar España. "Vamos a seguir siendo el partido favorito de los madrileños. Y que nos den su confianza va a ser la demostración del rechazo a las políticas equivocadas del Gobierno de España y también un primer paso para llevar a Rajoy a ese Gobierno de España". Y el pabellón, como se suele decir, se vino abajo. "¡Sí, señora! ¡Así se habla, Esperanza!", chilló una mujer. Y un hombre que se sentaba a su lado no paraba de gritar: "¡Zapatero, inútil!".

Por otra parte, la Comunidad de Madrid ha pedido la retirada de una campaña publicitaria llevada a cabo por el Partido Socialista de Madrid (PSM). En ella se asegura que el Gobierno de Esperanza Aguirre es "un peligro para la sanidad". La campaña, según el consejero de Sanidad y Consumo, Manuel Lamela, es una iniciativa ilegal para "atacar al Gobierno regional de forma indiscriminada".

La Comunidad de Madrid considera que se trata de una iniciativa de mercadotecnia difamatoria e injuriosa, "con la que el Partido Socialista se sitúa fuera de las reglas del juego democrático en su afán por manipular a la opinión pública".