Reportaje:

El Liverpool se vuelve 'americano'

Un magnate canadiense y otro estadounidense compran el club por 330 millones de euros

El Liverpool se convirtió ayer en el tercer equipo de la Premier League inglesa en manos de magnates norteamericanos. Malcolm Glazer compró el Manchester United en 2005 y hace unos meses Randy Lerner se quedó con el Aston Villa. Ahora han sido el canadiense George Gillett -propietario de los Canadiens de Montreal de hockey sobre hielo- y el estadounidense Tom Hicks -dueño de los Stars de Dallas, también de hockey, y de los Rangers de Texas, de béisbol- los que han adquirido el Liverpool.

A diferencia de Glazer, que entró en el Manchester por la puerta de atrás y cuadró la operaci...

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El Liverpool se convirtió ayer en el tercer equipo de la Premier League inglesa en manos de magnates norteamericanos. Malcolm Glazer compró el Manchester United en 2005 y hace unos meses Randy Lerner se quedó con el Aston Villa. Ahora han sido el canadiense George Gillett -propietario de los Canadiens de Montreal de hockey sobre hielo- y el estadounidense Tom Hicks -dueño de los Stars de Dallas, también de hockey, y de los Rangers de Texas, de béisbol- los que han adquirido el Liverpool.

A diferencia de Glazer, que entró en el Manchester por la puerta de atrás y cuadró la operación endeudando al club, Gillet y Hicks dieron ayer una conferencia de prensa y aseguraron haber comprado el Liverpool con su propio dinero. El acuerdo final valora el club en 330 millones de euros: 263 por la compra de acciones y 67 como asunción de la deuda. Aunque sus nuevos propietarios no quisieron comentar las cifras, se sobreentiende que han aceptado invertir otros 300 millones en fichajes y en la construcción de un nuevo estadio de 60.000 plazas en Stanley Park, muy cerca del vetusto pero mítico Anfield.

Es el tercer equipo inglés, tras el Manchester y el Aston Villa, en manos norteamericanas
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Otra diferencia entre las dos operaciones es que, mientras la hinchada del Manchester veía con muy malos ojos la venta de su club, los seguidores del Liverpool llevan tres años esperando que alguien quisiera comprarlo. En noviembre pasado parecía casi seguro que se había llegado a un acuerdo con Dubai International Capital (DIC), el brazo inversor exterior del jeque Mohamed bin Rashid al Maktum, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos. La indecisión final de DIC, el empeño de Gillett y el hecho decisivo de que Hicks se sumara finalmente a la operación cristalizaron en el acuerdo anunciado ayer.

Para el Liverpool supone sobre todo una inyección de capital imprescindible para poder competir en términos económicos con el Chelsea -el equipo londinense cuenta con el pozo sin fondo del multimillonario pero caprichoso Roman Abramovich, ruso-, el Manchester -el club mejor asentado económicamente por la solidez de su gestión y su amplia presencia en el emergente mercado asiático- y el Arsenal -no puede competir con los otros en el mercado futbolístico, pero invierte en jóvenes promesas y espera rentabilizar en términos económicos su nuevo estadio, también de 60.000 plazas-.

Milagroso campeón de la Champions hace dos temporadas y vigente campeón de la Copa inglesa, el Liverpool sigue teniendo el mejor palmarés de Inglaterra, pero sus glorias son cada vez más lejanas. Sus grandes triunfos ligueros y europeos empezaron a mitad de los años 70 y se acabaron a finales de los 80. Tres lustros de oro en los que lo ganó casi todo. Pero su última Liga llegó en 1990 y la victoria en la final europea de Atenas sobre el Milan (3-3 y 3-2 en los penaltis), aunque ya en los anales, fue más el producto del genio que el reflejo de un equipo con verdadero poder futbolístico. Rafa Benítez va sustituyendo poco a poco el balonazo y la furia por el toque y la táctica, pero no tiene las figuras necesarias para convertirlo en una atracción mundial.

George Gillet y Tom Hicks exhiben sus apellidos en dos camisetas del Liverpool en el estadio de Anfield.ASSOCIATED PRESS

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