Entrevista:Maurizio Zamparini | Presidente del Palermo | Tragedia en el fútbol italiano

"No conseguiremos acabar nunca con los ultras"

Maurizio Zamparini, empresario nacido en la provincia de Udine hace 65 años, es presidente del Palermo desde 2002. En Italia se le conoce por su carácter volcánico y porque nunca se queda callado. Si hay que criticar al entrenador en público, lo hace. Si hay que criticar al gobierno, también. Ayer en una entrevista telefónica con este periódico, volvió a poner en duda la actuación del ejecutivo italiano frente al acuciante y constante problema de la violencia en los estadios. "Los políticos son unos cobardes", asegura. Y, según dice, los clubes no tienen medios suficientes para acabar con los ...

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Maurizio Zamparini, empresario nacido en la provincia de Udine hace 65 años, es presidente del Palermo desde 2002. En Italia se le conoce por su carácter volcánico y porque nunca se queda callado. Si hay que criticar al entrenador en público, lo hace. Si hay que criticar al gobierno, también. Ayer en una entrevista telefónica con este periódico, volvió a poner en duda la actuación del ejecutivo italiano frente al acuciante y constante problema de la violencia en los estadios. "Los políticos son unos cobardes", asegura. Y, según dice, los clubes no tienen medios suficientes para acabar con los ultras.

Pregunta. El viernes, después de la tragedia ocurrida en Catania, dijo que la solución inmediata era aplicar todas las medidas que utilizó Margaret Thatcher para acabar con los hooligans [la medida más importante de todas fue que los ultras que hayan cometido algún tipo de violencia no vuelven a entrar a un estadio]. Aparte de esta petición ¿se han reunido alguna vez los presidentes de los clubes para tomar algún tipo de iniciativa concreta?

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Respuesta. Nos reunimos hace tres años y presentamos una propuesta al Gobierno similar a las que se tomaron en Inglaterra, en la década de los 80, para que se hiciera una ley que acabara de una vez por todas con la violencia y los violentos en los estadios de fútbol. Pero en Italia los políticos son unos cobardes y nunca decidieron adoptar esa propuesta y convertirla en ley.

P. ¿Les dieron una explicación del porqué?

R. Ninguna. Debe ser que los parlamentarios tienen muchas amistades con los grupos ultras de extrema izquierda y de extrema derecha.

P. ¿Estaba usted el viernes en Catania?

R. No, estaba en Austria. Vi las imágenes por televisión y estuve en contacto directo con la policía. Ha sido tremendo.

P. Las primeras investigaciones dicen que el objetivo de los radicales del Catania era atacar a la policía y no a los hinchas del Palermo.

R. Sí, me lo han contado las fuerzas del orden. Eso no hace más que reforzar mi idea de que no es un problema de aficiones sino de delincuencia.

P. ¿Cree que es apropiada ahora la medida de suspender el campeonato?

R. No. Eso no servirá para nada. Lo que necesitamos es pillar a los delincuentes y meterlos en la cárcel. Además, tenemos que conseguir que los políticos nos den los suficientes medios para que dentro del estadio los clubes podamos localizar a los violentos, aislarlos e impedir que vuelvan a entrar nunca a un recinto deportivo. Fuera de los campos hacen falta más fuerzas del orden y más controles.

P. ¿No cree que los clubes tienen cierta parte de responsabilidad? Todos saben cuáles son los grupos violentos, algunos reciben hasta dinero por parte de las sociedades de fútbol...

R. No creo que sea un problema de las sociedades de fútbol, sino de la sociedad italiana en general. No sólo hay violencia en los estadios, sino también en las manifestaciones políticas. Es que en Italia predomina la cultura de la impunidad. La imagen es muy mala, todos los culpables están en libertad. Así es imposible dar el buen ejemplo. Estamos a la cola de los otros países europeos. Estamos a años luz.

P. ¿Puede ser más concreto?

R. En Italia no existe la cultura de los valores. No existen los valores deportivos. No se le da importancia, no se hace ningún esfuerzo para recuperarlos e implantarlos. Margaret Thatcher consiguió acabar con los hooligans. Nosotros no lo conseguiremos nunca.

Maurizio Zamparini.ASSOCIATED PRESS

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