Todos contra el cemento

Una jornada de ocho horas de trabajo pagan 45 centímetros cuadrados de un piso en Madrid. Eso si se toma de referencia el precio medio de la vivienda en la capital y, como ejemplo, un trabajador con el salario mínimo interprofesional, de 570 euros al mes. Con esos datos, comprar un sólo metro cuadrado lleva algo más de 222 días en el tajo.

Sigue la reflexión: si se dedica todo el sueldo a la vivienda, al cabo de 25 años se puede comprar, con intereses, un magnífico piso de 27,17 metros cuadrados. Esta meditación, a modo de obra de arte en la que un metro cuadrado dividido en 222 trozos ...

Una jornada de ocho horas de trabajo pagan 45 centímetros cuadrados de un piso en Madrid. Eso si se toma de referencia el precio medio de la vivienda en la capital y, como ejemplo, un trabajador con el salario mínimo interprofesional, de 570 euros al mes. Con esos datos, comprar un sólo metro cuadrado lleva algo más de 222 días en el tajo.

Sigue la reflexión: si se dedica todo el sueldo a la vivienda, al cabo de 25 años se puede comprar, con intereses, un magnífico piso de 27,17 metros cuadrados. Esta meditación, a modo de obra de arte en la que un metro cuadrado dividido en 222 trozos impacta al visitante, se encuentra en la exposición Cementimientos (o no me asfaltes el respeto), inaugurada el pasado sábado en Madrid. Se trata de una muestra en contra del cemento, organizada por artistas, músicos e intelectuales de Mallorca, una de las zonas de España más castigadas por el exceso de ladrillos.

Cementimientos cuenta con la colaboración, entre otros, del comediante Leo Bassi. Él será el encargado, en una performance que hará el 14 de febrero, de clausurar la exposición, en el espacio Off Limits. En esa actuación se destruirá una de las obras de Cementimientos, una vivienda levantada con ladrillos barnizados de oro por unos obreros muy singulares. Era la representación Perdonen las molestias (Trabajamos para usted), evento dirigido por Óscar Mora.

Tres currelas, vestidos con mono de obrero y casco, trabajaron con mucha parsimonia. Lentos, pero seguros, admiraron la edificación, bocata de chorizo y cerveza en mano. La obra, a mitad de hacer, se interrumpió con la actuación de Miquel Àngel Juan, el Señor Llonovoy. Vestido de apache, presentó la disertación Indiosincrasia en las islas Baleares, un divertido monólogo alrededor de la masificación por culpa del turismo y la especulación inmobiliaria en el archipiélago. "Cuando llegaron los turistas a mi tierra, los recuerdos pasaron a llamarse souvenirs", "Mallorca es una isla: porción de tierra rodeada de hoteles por todas partes" o "me pregunto qué futuro les espera a los hijos de nuestros padres" fueron algunas de las frases más aplaudidas de la noche. "Las islas, al ser un espacio pequeño, notan más la desproporción de la sobreexplotación inmobiliaria", asegura Carles Gispert, uno de los artistas que exponen en Cementimientos.

"Mallorca se ha blindado de cemento y asfalto con gula singular. Es una isla redecorada en bisutería, torturada de cemento y cegada de asfalto, que allí se considera un vegetal para distinguir entre la apoteosis mineral", es parte de la crítica que puede leerse en la web (www.cimentiments.org) de la exposición, desconocida en las islas Baleares. Cementimientos iba a ser expuesta en el Claustro del Ayuntamiento de Ibiza en octubre, pero fue cancelada. Según la organización, se trata de un acto de autocensura del Consistorio, gobernado por el PSOE. "Tienen miedo a perder inversiones distribuidas por el Gobierno autonómico balear y el Consell de Ibiza", ambos del PP.

Cementimientos (o no me asfaltes el respeto). Espacio Off Limits. Escuadra, 11 bajo (metro Lavapiés). Del 27 de enero al 14 de febrero. (6 y 7 de febrero, cerrado). De lunes a viernes, de 12.00 a 14.00 y de 15.00 a 20.30; sábados, de 10.00 a 14.00. www.cimentiments.org