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Banca senior

El fuerte crecimiento de la actividad bancaria en el ámbito hipotecario y los esfuerzos de especialización hacia algunos segmentos, como negocio de empresas o gestión de patrimonios e incluso hacia nichos menos maduros como los servicios para inmigrantes, quizá se hayan traducido en una menor intensidad relativa en la atención prestada a segmentos más tradicionales.

Uno de ellos es el correspondiente a las personas mayores, cuya atención requiere afrontar algunos de los retos que se presentan para la sociedad ante las tendencias de alargamiento de la esperanza de vida, complemento de lo...

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El fuerte crecimiento de la actividad bancaria en el ámbito hipotecario y los esfuerzos de especialización hacia algunos segmentos, como negocio de empresas o gestión de patrimonios e incluso hacia nichos menos maduros como los servicios para inmigrantes, quizá se hayan traducido en una menor intensidad relativa en la atención prestada a segmentos más tradicionales.

Uno de ellos es el correspondiente a las personas mayores, cuya atención requiere afrontar algunos de los retos que se presentan para la sociedad ante las tendencias de alargamiento de la esperanza de vida, complemento de los sistemas públicos de pensiones o cobertura de la dependencia, entre otros, sin considerar además cambios culturales y sociales importantes que afectan a los mayores.

Las entidades deben plantearse nuevos productos y servicios para atender a más de 7,5 millones de clientes mayores de 65 años

Cabe plantearse, como ya hacen compañías de otros sectores y algunas entidades europeas, qué enfoque dar a un importante colectivo de clientes: más de 7,5 millones de personas superan hoy los 65 años, y este tramo de población concentra buena parte de la riqueza financiera e inmobiliaria.

El reto para las entidades no sólo pasa por adecuar la oferta de productos bancarios a las nuevas necesidades -hipoteca inversa, pensiones, rentas vitalicias...- sino por ampliar dicha oferta a otros ámbitos -servicios domésticos, de asistencia, sanitarios...- y, fundamentalmente, cambiar el enfoque en su relación con los mayores para poder mantener su confianza y la de sus familias.

Esta confianza requiere, probablemente, de gestos y formas que pueden contrastar con los estilos de gestión imperantes.

El surgimiento de una oferta competitiva de productos y servicios financieros, complementada por otros productos y servicios de diferente naturaleza, podrá venir a cubrir necesidades de los mayores y, en general, de la sociedad, al tiempo que permitirá a las entidades rentabilizar un segmento de clientes que, de otro modo, podría ir perdiendo relevancia en su actividad.

E. Martín y E. Sánchez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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