Irún y Hendaya recuperarán como un "espacio de la memoria" el viejo puente internacional Avenida

Miles de iruneses cruzaron ese puente hacia Francia para huir de la guerra civil. En ese puente, la Gestapo entregó a la policía franquista a Lluis Companys, presidente de la Generalitat durante la Segunda República. Es el viejo puente Avenida, un paso sobre el Bidasoa levantado en 1916 que, durante medio siglo, unió o separó, según el escenario político, a los ciudadanos de Irún y Hendaya. Tras años en desuso, los ayuntamientos de ambas localidades han puesto en marcha un proyecto para recuperar este histórico enclave como un "espacio de la memoria" y un lugar de estancia y uso peatonal.
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Miles de iruneses cruzaron ese puente hacia Francia para huir de la guerra civil. En ese puente, la Gestapo entregó a la policía franquista a Lluis Companys, presidente de la Generalitat durante la Segunda República. Es el viejo puente Avenida, un paso sobre el Bidasoa levantado en 1916 que, durante medio siglo, unió o separó, según el escenario político, a los ciudadanos de Irún y Hendaya. Tras años en desuso, los ayuntamientos de ambas localidades han puesto en marcha un proyecto para recuperar este histórico enclave como un "espacio de la memoria" y un lugar de estancia y uso peatonal.

Ya en 1902, el entonces alcalde de Irún, Cipriano Larrañaga, comunicó a la Diputación de Guipúzcoa su idea de construir un puente en la zona de Santiago, cerca de la estación de tren de Hendaya, para facilitar el paso a la localidad francesa, ya que en aquel punto sólo existía un servicio de barcas y un pequeño pabellón de aduana.

El puente quedó terminado en 1916, pero su uso se vio limitado por la I Guerra Mundial hasta el armisticio de 1918. La guerra civil y la II Guerra Mundial también hicieron que lo que fue construido para unir se convirtiera muchas veces en un espacio de separación por el cierre de fronteras. Pero Irún y Hendaya prefieren preservar este paso internacional como un lugar de unión, de solidaridad y de relaciones comerciales y sociales. "Por ese puente veíamos la luz de Europa" durante el franquismo, recordó ayer el alcalde de Irún, José Antonio Santano.

El tráfico discurre desde 1966 por un puente paralelo y más fuerte, el de Santiago. Así que el puente Avenida se transformará en un espacio para peatones y ciclistas, con un carril bici. La empresa Maître du Réve trabaja ya sobre esta idea para concretar el proyecto, que incluye el antiguo edificio de la aduana levantado en suelo irunés. El consistorio pedirá al Gobierno central que se lo ceda para convertirlo en un centro donde los ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, puedan conocer el papel que jugó el puente. Los contenidos están por definir, pero podrían plasmarse en actividades, exposiciones y documentación, adelantó Santano, quien espera poder iniciar la operación a finales de este año.

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