Un defecto en la tubería causó la explosión de gas que mató a dos personas en Santa Coloma
El informe del perito señala que el grosor de la conducción era inferior al reglamentario
La explosión de gas que hace casi un año mató a dos personas y obligó a derribar cuatro edificios en Santa Coloma de Gramenet fue ocasionada por un defecto de fabricación en la tubería del gas. Así se recoge en el informe pericial encargado por la juez que instruye el caso. El perito señala que la tubería tenía un grosor inferior al adecuado y descarta que el suceso fuese causado por una fuga en una cañería de agua.
El informe del perito, encargado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Coloma (Barcelonès), indica que el grosor de la tubería de gas en el tramo donde se produjo ...
La explosión de gas que hace casi un año mató a dos personas y obligó a derribar cuatro edificios en Santa Coloma de Gramenet fue ocasionada por un defecto de fabricación en la tubería del gas. Así se recoge en el informe pericial encargado por la juez que instruye el caso. El perito señala que la tubería tenía un grosor inferior al adecuado y descarta que el suceso fuese causado por una fuga en una cañería de agua.
El informe del perito, encargado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Coloma (Barcelonès), indica que el grosor de la tubería de gas en el tramo donde se produjo el escape tenía entre 1,25 y 1,49 milímetros. La normativa sobre este tipo de instalaciones, sin embargo, fija un grosor algo superior: entre 6 y 7 milímetros. El documento es claro: la "disminución del espesor de pared del tubo en la zona de perforación" es una "anomalía crítica" fruto de una "interferencia o desviación" en el proceso de fabricación de la tubería.
El perito reconoce que las "condiciones ambientales" (tierra húmeda) del lugar donde estaba ubicada la instalación favorecieron el escape. Pero matiza que no habrían tenido influencia "si el tubo hubiera estado fabricado correctamente". En "condiciones normales", pues, no se habría producido la explosión que la mañana del 12 de enero de 2006 sacudió la Rambla del Fondo de Santa Coloma.
Como consecuencia de aquella explosión murieron dos personas: un operario de Gas Natural de 28 años -que trataba de reparar la fuga de gas- y una joven de 26 años que vivía en el entresuelo y quedó atrapada entre los escombros cuando se derrumbó el edificio. Otras 22 personas resultaron heridas. Debido a la fuerza de la explosión se tuvieron que derribar los inmuebles colindantes, de modo que 15 familias perdieron sus casas.
A juicio del portavoz de la plataforma de afectados, Ángel Moratilla, el informe pericial "aclara el origen del escape y reafirma la responsabilidad de Gas Natural en el caso". No lo ve así la compañía gasista, que considera que dicho informe es "uno más" de los que ha reclamado el juzgado y que, en todo caso, no es "concluyente".
Un portavoz de Gas Natural sostuvo ayer que "no hubo ningún error de fabricación" y que la instalación se hizo "con materiales de última generación". Según las mismas fuentes, el origen del escape fue "una acción abrasiva y externa, que al final hizo un agujero en la tubería". Con el informe en la mano "no se puede llegar a la conclusión de que Gas Natural es culpable".
En un primer momento, los investigadores pensaron que la explosión se produjo debido a un escape en la tubería de agua de una arqueta de distribución cercana. De acuerdo con esta versión, el escape habría escarbado la tierra bajo la acera hasta crear una cavidad. Cuando el 12 de enero se detectó la fuga de gas y se cortó el agua, el gas habría entrado por el pasatubos hasta el rellano. El informe del perito rechaza esta explicación.
La investigación sigue abierta. La magistrada María Nieves Rico Martínez ha solicitado a los Mossos d'Esquadra que averigüen el nombre de la empresa y el responsable de fabricación del tubo de gas, así como el nombre de la empresa que colocó y supervisó la cañería de agua. Estas personas deberán declarar en calidad de imputadas.