El movimiento por la vivienda empezó en mayo por un correo electrónico

Miles de jóvenes llevan meses organizándose: webs, talleres, charlas, publicaciones, asambleas, reuniones, difusión de mensajes, carteles, camisetas, pancartas, pegatinas... Pero, en realidad, todo este denominado "Movimiento contra la precariedad laboral y por una vivienda digna" empezó el pasado mes de mayo.

Todo se gestó a partir de un mensaje de correo electrónico anónimo. Decía algo así como que había que demostrarle a los políticos que a los jóvenes no les preocupaba sólo el botellón, sino otras cosas, como no poder acceder a una vivienda, no poder independizarse, no tener ...

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Miles de jóvenes llevan meses organizándose: webs, talleres, charlas, publicaciones, asambleas, reuniones, difusión de mensajes, carteles, camisetas, pancartas, pegatinas... Pero, en realidad, todo este denominado "Movimiento contra la precariedad laboral y por una vivienda digna" empezó el pasado mes de mayo.

Todo se gestó a partir de un mensaje de correo electrónico anónimo. Decía algo así como que había que demostrarle a los políticos que a los jóvenes no les preocupaba sólo el botellón, sino otras cosas, como no poder acceder a una vivienda, no poder independizarse, no tener un sueldo para construir un proyecto de vida... Y convocaba a una sentada en todas las capitales de provincia de España el día 14 de ese mes: "Por una vivienda digna. Pásalo".

Y sucedió lo inesperado. Miles de jóvenes, y no tan jóvenes, acudieron a esa llamada espontáneamente y a título individual. En la Puerta del Sol de Madrid, en la Plaza de Cataluña de Barcelona, en Valencia, en Bilbao, en Sevilla... Los primeros sorprendidos fueron los manifestantes. Nadie esperaba esa respuesta, y menos que la protesta acabase con una intervención policial que se saldó con ocho detenidos en Madrid que aún están a la espera de juicio.

"Aquello nos hizo ver que éramos demasiados en la misma situación y que si una convocatoria anónima había conseguido reunir a miles de personas, el movimiento tenía que organizarse para que no se quedase en algo anecdótico", contaba Bernat Feliu, un catalán de 33 años licenciado en Políticas y que trabaja de profesor de español por 900 euros al mes.

Una red que crece y crece

Y la red empezó a crecer y a extenderse por España. Cada uno de los que empezó a acudir a las asambleas, contactó y movilizó a su vez a las asociaciones de vecinos de su barrio y a las organizaciones sociales de su alrededor. En Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao y Sevilla ya existen Asambleas Contra la Precariedad y por una Vivienda Digna. En las dos primeras, estas organizaciones abiertas, ya han alcanzado un grado de desarrollo importante: se reúnen semanalmente, funcionan con comisiones (de detenidos, contenidos, comunicación, organización, economía y financiación, publicaciones...). Y se autogestionan a base de donativos y de las recaudaciones de las fiestas que organizan.

Tienen su manual: El cielo está enladrillado: contra el mobbing y la violencia inmobiliaria y urbanística, un libro descargable en Internet. Amparados en el artículo 47 de la Constitución Española -"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación"-, exigen sencillamente que los poderes públicos cumplan su obligación y garanticen sus derechos.

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