Turquía
Al hilo de la crónica de su corresponsal en Estambul del pasado día 7, me gustaría hacerles un par de comentarios.
El título de dicha crónica es, en mi opinión, totalmente desafortunado, pues la dicotomía que plantea "Europa o barbarie" resulta equívoco y no se corresponde ni se refleja en la información contenida en el propio artículo, el cual, por otra parte, es mesurado y ajustado a la realidad. Nadie mejor que ustedes conoce el impacto que produce un titular que, posteriormente, no está refrendado por el contenido de la noticia. Quiero también transmitirles una reflexión basada en e...
Al hilo de la crónica de su corresponsal en Estambul del pasado día 7, me gustaría hacerles un par de comentarios.
El título de dicha crónica es, en mi opinión, totalmente desafortunado, pues la dicotomía que plantea "Europa o barbarie" resulta equívoco y no se corresponde ni se refleja en la información contenida en el propio artículo, el cual, por otra parte, es mesurado y ajustado a la realidad. Nadie mejor que ustedes conoce el impacto que produce un titular que, posteriormente, no está refrendado por el contenido de la noticia. Quiero también transmitirles una reflexión basada en el conocimiento que tengo de Turquía, en donde he residido más de dos años.
Me parece meridianamente claro que la reticencia de muchos países de la UE a que Turquía se integre es por motivos estrictamente religiosos. Todo lo que impide avanzar en las negociaciones (Chipre, kurdos, derechos humanos) son asuntos fácilmente solucionables. Lo que no se va a conseguir es que se conviertan al cristianismo. Lo de que ningún individuo será discriminado por pertenecer a una religión determinada, debería hacerse extensivo a las naciones.