Entrevista:EHUD OLMERT | Primer ministro de Israel | El conflicto de Oriente Próximo

"No descarto un ataque militar a Irán"

El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, de 61 años, habla en esta entrevista de su oferta de paz a los palestinos, de la amenaza de guerra civil en Líbano y de las nuevas ideas que baraja el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para Oriente Próximo. No se opone a las negociaciones con Irán siempre y cuando éstas impidan que el régimen de Teherán desarrolle armas nucleares. Respecto a Siria se muestra más escéptico por su vinculación a Hezbolá.

Pregunta. El presidente estadounidense baraja una nueva política en Irak y posiblemente trate de convocar una conferencia inte...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, de 61 años, habla en esta entrevista de su oferta de paz a los palestinos, de la amenaza de guerra civil en Líbano y de las nuevas ideas que baraja el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para Oriente Próximo. No se opone a las negociaciones con Irán siempre y cuando éstas impidan que el régimen de Teherán desarrolle armas nucleares. Respecto a Siria se muestra más escéptico por su vinculación a Hezbolá.

Pregunta. El presidente estadounidense baraja una nueva política en Irak y posiblemente trate de convocar una conferencia internacional que tenga también en el orden del día el conflicto palestino. ¿Apoya esta iniciativa?

Respuesta. No espero cambio alguno en la política estadounidense en lo que respecta a Israel. El camino correcto para hacer avanzar nuestras relaciones con los árabes pasa por las negociaciones bilaterales.

"Las operaciones subversivas sirias no permiten albergar grandes esperanzas sobre prontas negociaciones con el Gobierno de Damasco"
"El desenlace de la guerra en Líbano no ha sido el que normalmente esperan los israelíes. Nunca habíamos luchado contra la guerrilla [de Hezbolá]
Más información
Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

P. La comisión Baker recomienda prometer a Siria los altos del Golán si se porta como es debido. ¿Beneficia esto a Israel?

R. Me interesa menos la cuestión de qué le damos a Siria que la cuestión de qué es lo que Siria tiene que ofrecernos.

P. Washington piensa también en la posibilidad de mantener conversaciones directas con Irán y Siria. ¿Apoya este cambio de rumbo?

R. Desde mi punto de vista, las operaciones subversivas sirias -por ejemplo, el apoyo prestado a Hamás y Hezbolá- no permiten albergar grandes esperanzas acerca del establecimiento de prontas negociaciones con Damasco. No sé qué hará el presidente estadounidense con el informe de la comisión. Sólo puedo decir que en las conversaciones que hemos mantenido no ha defendido la opción de las negociaciones sirio-estadounidenses o sirio-israelíes. Confío en su buen juicio y en su sentido de la responsabilidad.

P. ¿Y qué piensa de las conversaciones con Irán?

R. Cualquier acuerdo que aleje a Irán de la posibilidad de desarrollar armas nucleares supone un paso en la dirección correcta. No me opongo, siempre que las conversaciones tengan como resultado final la suspensión del programa nuclear iraní.

P. ¿Está descontento con los titubeos de la comunidad internacional frente al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad?

R. Me siento cualquier cosa menos satisfecho. Espero que se tomen medidas mucho más radicales. Se trata de un dirigente que dice abiertamente que su objetivo consiste en borrar a Israel del mapa. Israel es miembro de la ONU. Que hoy en día alguien se permita decir semejantes cosas constituye un auténtico crimen.

P. ¿Descarta un ataque?

R. Hablo de medidas aceptadas por la comunidad internacional para detener el peligro iraní.

P. ¿Quiere eso decir que no descarta la posibilidad de un ataque militar?

R. Yo no descarto nada.

P. Su vecino del norte, Líbano, está al borde de una nueva guerra civil. ¿Le inquieta contemplar las imágenes del cerco a la residencia oficial del jefe del Gobierno libanés, Fuad Siniora?

R. Naturalmente, esas imágenes no me hacen sentirme precisamente feliz. Es importante que se proteja la democracia en Líbano y que Hezbolá no reciba el apoyo de fuerzas extranjeras como Siria o Irán. Pero debo medir cuidadosamente mis palabras. A Siniora no le hacemos ningún favor si parece que los israelíes le defienden. Me habría gustado reunirme con Siniora para entablar negociaciones de paz. No son muchas las cosas que nos separan. Podríamos ponernos de acuerdo en todo en un solo encuentro.

P. Cuando Hezbolá secuestró en julio a dos soldados israelíes, cosa que Israel interpretó como una declaración de guerra, usted también hizo responsable de ello al Gobierno de Siniora. ¿Lamenta ahora no haber hecho más en pro de su estabilización?

R. Nada habría podido ayudar más a Siniora que el debilitamiento de Hezbolá. Los actuales tumultos en Líbano no son consecuencia de un fortalecimiento de Hezbolá, que ha sufrido una tremenda derrota en la guerra y ahora lucha por su supervivencia política. Hemos intentado un montón de cosas para derrotar a las fuerzas que amenazan a Siniora.

P. Pero no han conseguido derrotarlas. La guerra ha concluido, pero los dos soldados siguen todavía cautivos. ¿Qué salió mal?

R. Los objetivos de la guerra eran el estacionamiento del Ejército libanés en el sur del país y poner fin a la amenaza de Hezbolá en el norte de Israel. Cuando el 14 de agosto acepté el armisticio se habían cumplido ambas condiciones. Pero también estaba claro que Hezbolá no iba a liberar a los dos combatientes. Por eso no habría tenido sentido continuar la guerra y perder aún más soldados.

¿Es optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con Hezbolá que permita devolver a los soldados?

R. No me gusta cómo reacciona Hezbolá. Sigue echando mano de las viejas estrategias de siempre: quiere recibir todo por adelantado antes de que sepamos siquiera cómo están los soldados.

P. El teniente general Doron Almog, que ha investigado los errores cometidos por el Ejército en el secuestro de los soldados, dice que el ejército israelí se encuentra inmerso en una crisis de liderazgo. ¿Está en lo cierto?

R. Eso es una exageración. En Israel tendemos a dejarnos llevar por los sentimientos. Sí, se han cometido errores aislados, pero le garantizo que en todos y cada uno de los enfrentamientos militares entre nuestros combatientes y los de Hezbolá siempre hemos logrado imponernos. Tengo vías para descubrir cómo piensan los dirigentes de Hezbolá. Saben que la potencia estratégica que han desarrollado a lo largo de los seis últimos años ha sufrido una dolorosa derrota.

P. Pero, ¿qué me dice de las víctimas civiles de la guerra? ¿Se deben a errores del Ejército?

R. ¿A qué se refiere con víctimas civiles? ¿Quién le ha dicho a usted que no todas las víctimas eran miembros de Hezbolá?

P. Murieron mujeres y niños.

R. Yo no digo que no se haya matado ni a un solo civil, ¿vale? Pero creo que la mayoría de las víctimas pertenecían a Hezbolá.

P. Ahora Hezbolá está intentando rearmarse. Y la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (UNIFIL) no puede impedir el contrabando de armamento.

R. Según la resolución 1701 de la ONU, la UNIFIL debería hacerlo, pero si los soldados no hacen el debido uso de la autoridad que les ha sido otorgada el resultado será bastante malo.

P. ¿Considera inútiles a las tropas de la ONU?

R. El problema consiste en que las tropas no vigilan la frontera con Siria. Se supone que está siendo vigilada por el Ejército libanés, pero tenemos buenos motivos para dudar de que los libaneses estén cumpliendo su cometido.

P. ¿Los errores israelíes cometidos antes y durante la guerra de Líbano son la causa de que su Gobierno haya sufrido una pérdida de confianza entre la población?

R. Sí, las encuestas no son muy positivas que digamos. El desenlace de la guerra no ha sido el que normalmente esperan los israelíes. Nunca hasta ahora habíamos luchado contra la guerrilla. Hasta ahora habíamos combatido contra ejércitos regulares.

P. Muchos israelíes tienen la sensación de que todos los intentos de solucionar el conflicto con los árabes han fracasado. Durante mucho tiempo, la derecha israelí ha creído posible ignorar el problema. A su vez, la izquierda creía en el diálogo y fracasó en Oslo y Camp David. La tercera vía, una retirada unilateral, tal y como la inició su predecesor Ariel Sharon, tampoco llegó muy lejos.

R. Permítame que le corrija. Los únicos que han firmado acuerdos de paz importantes han sido los políticos de derechas. Nosotros no ignorábamos el conflicto. Sólo nos mostrábamos escépticos ante las vías de negociación abiertas por la izquierda en aquel entonces. Pero lo mejor que puedo hacer es hablar por lo que a mí respecta: he culminado un proceso de transformación. Estoy dispuesto a dar un paso al frente. Ya no buscamos excusas. Estoy dispuesto a reunirme en cualquier momento y lugar con el presidente de la autoridad autonómica palestina Mahmud Abbas sin condiciones previas. No dejaré piedra sin remover en mi afán por solucionar el conflicto.

Traducción: Paloma Cebrián / News Clips

Archivado En