Defectos estructurales obligan a cerrar cinco meses la vía rápida del Salnés

La Xunta gastará ocho millones en sustituir los sistemas de drenaje arruinados

La vía de alta capacidad del Salnés permanecerá cerrada al tráfico durante al menos cinco meses en su mayor parte, debido a defectos en el sistema de drenaje que amenazan con provocar hundimientos del firme. Por la denominada vía rápida, inaugurada por Manuel Fraga en junio de 1993, circulan más de 15.000 vehículos diarios. Su presupuesto fue de 30,6 millones de euros. Política Territorial, que deberá invertir otros 8 millones en su reparación, investiga por qué la constructora instaló tubos de drenaje de chapa en vez de los de hormigón, como se había proyectado.

A lo largo de sus más d...

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La vía de alta capacidad del Salnés permanecerá cerrada al tráfico durante al menos cinco meses en su mayor parte, debido a defectos en el sistema de drenaje que amenazan con provocar hundimientos del firme. Por la denominada vía rápida, inaugurada por Manuel Fraga en junio de 1993, circulan más de 15.000 vehículos diarios. Su presupuesto fue de 30,6 millones de euros. Política Territorial, que deberá invertir otros 8 millones en su reparación, investiga por qué la constructora instaló tubos de drenaje de chapa en vez de los de hormigón, como se había proyectado.

A lo largo de sus más de 17 kilómetros de longitud, la vía de alta capacidad cuenta con 30 tubos de drenaje transversal, unos conductos de 2,5 metros de diámetro y 4,5 de largo que sirven para canalizar el agua absorbida. Según el proyecto de construcción, esos tubos debían ser de hormigón armado. En una reciente inspección, la consellería se encontró con que todos ellos son de chapa y se encuentran en muchos casos totalmente destruidos por la corrosión, lo que amenaza con provocar el hundimiento del firme.

La conselleira, María José Caride, se reunió a primera hora de la tarde de ayer en Cambados con los alcaldes de la zona y les dio la noticia: hay que cerrar el vial durante un período no inferior a cinco meses. El corte será total en los más de diez kilómetros que separan Ribadumia de Sanxenxo. La empresa que repara el vial esperaba abrir los casi siete kilómetros de Ribadumia al enlace con la AP-9 esta misma madrugada, aunque volverá a prohibir el tráfico por ese tramo durante un mes y medio, antes de que finalice la reparación total de la vía de alta capacidad.

El vial fue inaugurado en junio de 1993 por Manuel Fraga y el entonces conselleiro de Política Territorial, José Cuiña. Uno y otro destacaron la celeridad de las obras -un sólo día de retraso respecto al calendario previsto- y el ahorro de 700 millones de pesetas (4,2 millones de euros) sobre un presupuesto total de 5.100 millones de pesetas. Caride recordó ayer ambas circunstancias y no descartó que tengan que ver con el problema actual.

Las deficiencias no guardan relación alguna con el socavón que obligó a adelantar el cierre al tráfico del vial ni con las lluvias de los últimos días. El pasado 20 de octubre, los técnicos de la consellería se encontraron con el primer tubo de drenaje deteriorado, lo que provocó un corte de 48 horas para sustituirlo por otro de hormigón armado. A partir de ahí, Política Territorial comenzó a revisar los conductos de drenaje del vial y se encontró con la desagradable sorpresa de que todos ellos son de un material inadecuado y se encuentran en un estado lamentable.

"Hay más de cinco tubos con peligro de colapso", reconoció ayer la conselleira, después de informar a los alcaldes. Ese riesgo inminente de hundimiento fue el que desaconsejó la alternativa que manejaban los técnicos de la consellería, que pasaba por esperar a que concluyan las obras de desdoblamiento para convertir la vía rápida en autovía, de forma que los nuevos carriles sirvieran de alternativa al tráfico.

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Desdoblamiento

Las obras de desdoblamiento son, a juicio del presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, el motivo de las deficiencias de la vía de alta capacidad. "Se están produciendo problemas porque hay unas obras de explanación, y cuando menor sea el ancho de vía, menor coste para la Administración y para la empresa", acusó Louzán, quien aseguró que la eliminación de taludes por las obras están en el origen del problema.

Según Caride, el presidente de la Diputación intenta "poner la venda antes de la herida". "Es evidente que la corrosión de los tubos no es un problema de hoy, y no se debe por lo tanto al desdoblamiento ni a las lluvias", declaró la conselleira, quien se preguntó por qué se decidió generalizar "una situación singular", como sustituir el hormigón por chapa. "Las de chapa son más baratas, rápidas de instalar y fáciles de transportar, pero también de peor calidad", manifestó.

Tubos de drenaje corroídos, retirados de debajo de la vía de alta capacidad del Salnés.

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