Daniela y Tanase: "Que nos devuelvan a nuestros hijos"

Daniela y Tanase Mihai tienen el pelo negro como el carbón. Ella cuenta 36 años. Él, 39. Son pareja, son gitanos procedentes de Rumania y tienen ocho hijos. Nada escandaloso, si se tiene en cuenta que en su cultura son frecuentes las familias numerosas. Desde hace ocho meses, Daniela y Tanase viven alejados forzosamente de tres de sus retoños: Florica, de 10 años, Englez, de 7, y el más pequeño, David, que está a punto de cumplir los 2 años.

El 27 de marzo de 2006, la Generalitat decidió retirarles la custodia de los tres menores por considerar que se hallaban en situación de desamparo....

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Daniela y Tanase Mihai tienen el pelo negro como el carbón. Ella cuenta 36 años. Él, 39. Son pareja, son gitanos procedentes de Rumania y tienen ocho hijos. Nada escandaloso, si se tiene en cuenta que en su cultura son frecuentes las familias numerosas. Desde hace ocho meses, Daniela y Tanase viven alejados forzosamente de tres de sus retoños: Florica, de 10 años, Englez, de 7, y el más pequeño, David, que está a punto de cumplir los 2 años.

El 27 de marzo de 2006, la Generalitat decidió retirarles la custodia de los tres menores por considerar que se hallaban en situación de desamparo. Presuntamente, además, los padres inducían a sus hijos a mendigar. Hace dos meses, la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) reiteraba que los tres niños no podían volver aún con sus padres biológicos, y aconsejaba que fueran trasladados a una familia de acogida.

En ese tiempo, los Mihai realizaron visitas periódicas a Florica, Englez y David. Para curarse en salud, Tanase decidió enviar a los otros cinco niños a Rumania. "Allí están bien, con sus abuelos y familiares, y no hay peligro de que me los quiten", dice. Pero la pareja fue incapaz en ese tiempo de convencer a los responsables del organismo de que tenían que recuperar a sus hijos, y decidieron pasar a la acción.

El pasado 24 de octubre, Daniela, Tanase y otros dos familiares intentaron llevarse a los tres menores por la fuerza. Abordaron a la directora del centro de acogida en plena calle y le arrebataron a Florica y Englez. La directora consiguió retener en sus brazos a David. La familia rumana huyó entonces a un coche que les esperaba con el motor en marcha. Alertados por los gritos de algunos transeúntes, agentes de la Guardia Urbana persiguieron al vehículo, le dieron alcance, y detuvieron a sus ocupantes.

"Sólo queríamos estar con ellos un rato y abrazarles, porque en las visitas en el centro de acogida no nos dejaban ni siquiera hablar con nuestros hijos en rumano. Decían que así no entendían de qué hablábamos", denuncia Tanase, que apenas habla castellano. Fuentes de la DGAIA no pudieron confirmar o desmentir ayer que se hubiera producido tal situación. "Ahora estamos bien y queremos que nos devuelvan a nuestros hijos. Tenemos casa y les vamos a llevar al colegio", suplica Daniela. Su marido, más expeditivo, dice que, a la mínima oportunidad, se llevará a Florica, Englez y David a Rumania.

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