El 'Ocean Sapphire' no pidió ayuda hasta estar a media milla del espigón

Participantes en el salvamento critican la actitud del capitán del buque

El capitán del Ocean Sapphire, el petrolero que estuvo a punto de encallar la madrugada del miércoles en el espigón del Puerto de Bilbao con 90.000 toneladas de gasóleo, no solicitó ayuda hasta que su situación era desesperada y se encontraba a menos de media milla de la escollera, según fuentes de Salvamento Marítimo. Los remolcadores y el práctico que participaron en la operación han solicitado ya la compensación legal por el salvamento.

Técnicos que intervinieron en el rescate criticaron ayer la actitud del capitán del petrolero, de nacionalidad china, tanto en los momentos pr...

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El capitán del Ocean Sapphire, el petrolero que estuvo a punto de encallar la madrugada del miércoles en el espigón del Puerto de Bilbao con 90.000 toneladas de gasóleo, no solicitó ayuda hasta que su situación era desesperada y se encontraba a menos de media milla de la escollera, según fuentes de Salvamento Marítimo. Los remolcadores y el práctico que participaron en la operación han solicitado ya la compensación legal por el salvamento.

Técnicos que intervinieron en el rescate criticaron ayer la actitud del capitán del petrolero, de nacionalidad china, tanto en los momentos previos a la situación de emergencia como en las maniobras posteriores. De hecho, el Ocean Sapphire, que se encontraba fondeado fuera del Puerto a la espera de descargar en Petronor, no pidió ayuda a la torre de control de Santurtzi hasta las 1.05, cuando el buque se encontraba ya a media milla (900 metros del espigón de Punta Lucero, sin máquina (propulsión) y en medio de un fuerte temporal. Para entonces, sin embargo, desde la torre ya habían advertido que las anclas no conseguían retener al petrolero con bandera de Singapur y que se dirigía contra la escollera empujado por rachas de viento de hasta 40 nudos (70 kilómetros por hora) y olas de hasta cinco metros.

Esta vigilancia permitió que en menos de media hora llegara al costado del buque el práctico de guardia y el primero de los cinco remolcadores movilizados. Durante cuatro horas intentaron detener la deriva del petrolero, un monocasco de 275 metros de eslora y 77.350 toneladas de arqueo bruto, hasta que alrededor de las 5.00 se produjo la situación de mayor peligro, al fallar de nuevo la propulsión en medio de la tormenta recrecida. "El momento fue crítico", han señalado fuentes de Salvamento Marítimo, ya que el petrolero derivaba de costado hacia la escollera, a sólo 150 metros de distancia. Se consiguió evitar la embarrancada en el último momento, con las dos anclas fondeadas y con la ayuda de cinco remolcadores, tres tirando y dos empujando por la banda de babor, intentando tratando de alejarlo de las rocas.

Participantes en la operación han señalado que, en caso de haber encallado, hubiera sido muy difícil de evitar un desastre de grandes proporciones. La fuerza del oleaje habría terminado por romper el casco contra la escollera, provocando el vertido del gasóleo que transportaba en los tanques. En este sentido, censuraron la resistencia que opuso durante casi una hora el capitán a las órdenes que se le dieron de cortar la cadena de las anclas para sacar cuanto antes el buque de la zona de peligro. Al final cortó sólo una de ellas y a las 7.00 de la mañana se logró superar la situación de emergencia.

Tanto el práctico que dirigió la operación como la empresa propietaria de los cinco remolcadores intervinientes (Remolcadores Ibaizabal) y sus tripulaciones solicitaron ayer ante el Juzgado Marítimo el inicio del expediente para fijar la compensación que corresponda por el salvamento. De acuerdo con el valor del buque y de su carga, la indemnización podría ascender hasta tres o cuatro millones de pesetas, según fuentes consultadas, aunque es seguro que el caso dará lugar a un largo proceso judicial. Como primera medida, el juez marítimo decidió el embargo del buque y su carga hasta que se realice la valoración pertinente y se establezca la fianza.

El Ocean Sapphire, que es propiedad desde hace dos años de una firma china aunque lleva bandera de Singapur, se encontraba ayer atracado en el pantalán de Petronor, donde debía descargar 65.000 toneladas del gasóleo que transportaba. El petrolero fue construido hace 14 años por Astilleros Españoles y es gemelo del Butrón y el Arteaga.

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