Cartas al director

Polémica sobre la endogamia universitaria

Aunque EL PAÍS no es amigo de alargar las polémicas, permítaseme afirmar que es de mal gusto atribuir motivos espurios al que discute con uno. Las puntualizaciones de Peces-Barba confirman, más que desmienten, lo que yo afirmaba en mi carta. Si "la inmensa mayoría de los catedráticos, titulares y restantes profesores son valiosos, competentes y dedicados", no se entiende que no haya ninguna universidad española entre las 100 mejores del mundo, ni ningún MBA de una universidad pública española entre los 100 primeros del mundo.

La crítica no es menos legítima porque venga de un interno, u...

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Aunque EL PAÍS no es amigo de alargar las polémicas, permítaseme afirmar que es de mal gusto atribuir motivos espurios al que discute con uno. Las puntualizaciones de Peces-Barba confirman, más que desmienten, lo que yo afirmaba en mi carta. Si "la inmensa mayoría de los catedráticos, titulares y restantes profesores son valiosos, competentes y dedicados", no se entiende que no haya ninguna universidad española entre las 100 mejores del mundo, ni ningún MBA de una universidad pública española entre los 100 primeros del mundo.

La crítica no es menos legítima porque venga de un interno, un externo o un "mediopensionista", y si en media los rectores son científicos mediocres porque se dedican en exclusiva a la Universidad (en realidad, no a la ciencia sino a la gestión universitaria), mejor que nos pongamos todos a trabajar fuera. Pero esto es bastante irrelevante. El problema es que mientras haya gente que piensa que (casi) todo está bien y que vamos por el buen camino -como le ocurre a Peces-Barba- no sentiremos la necesidad de cambiarlo. Y mientras no contemos con unas cuantas universidades entre las mejores del mundo, la Universidad española no estará a la altura del país.

Y lo peor: los cambios legislativos, propuestos por los rectores, van en la dirección contraria de facilitar la endogamia, aunque luego su presidente diga que actuarán con responsabilidad, es decir, que no dejarán que ningún profesor "competente e ilustrado" se les cuele en un concurso de acceso.- Jesús Alfaro Águila-Real, catedrático de Derecho Mercantil. Madrid.

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Es una pena ver pelear en EL PAÍS a dos profesores, colegas míos a los que admiro mucho. Alfaro es una de las mejores cabezas del derecho español, no sólo del mercantil. Peces-Barba es uno de los políticos con mejor formación teórica, al que hace muy poco caso Rodríguez Zapatero, una pena. Muy pocos políticos han leído al maestro de la filosofía del derecho, Elías Díaz. Otro gallo nos cantaría si lo leyeran más.

Pero la discusión ad hóminem, no entra en el problema central: ¿por qué en toda y cada una de las universidades españolas hay siempre dinero para un nuevo edificio (miles de millones) y no hay dinero (millones) para garantizar una investigación constante y sueldos dignos a becarios y ayudantes, que huyen, desesperanzados, a la privada? La respuesta está tan cerca de la financiación de los ayuntamientos, que da miedo.

Por otra parte, Peces-Barba, el redactor principal de la Constitución (los promotores fueron Suárez, Carrillo, Abril, Guerra, Felipe y la sociedad civil), no es justo con nuestro compañero Alfaro, referencia indiscutible de su generación en el moderno Derecho Privado español.

Reprocharle que no se dedique en exclusiva, es desproporcionado y algo extraño viniendo del rector de Colmenarejo: siendo rector, ha sido defensor del paciente en un seguro médico, abogado del ex ministro García Valverde en los tribunales de lo penal, Alto Comisionado del Gobierno frente a las Víctimas, candidato a la presidencia del Real Madrid con el magnate-tycoon Lorenzo Sanz, entre otras cosas, y da igual que haya cobrado o no. Su dedicación vitalicia a la universidad tampoco ha sido exclusiva. Además, el Estudio jurídico de la Universidad Carlos III de Madrid, permite ejercer la abogacía a profesores de dedicación exclusiva. ¿Y qué más da?

Pues bien, la verdad es la verdad, la diga Juan, un profesor en exclusiva o en dedicación parcial. Así que, como decían Schiller y Beethoven, "Freunde, nicht diese Töne". La endogamia es regla general en la universidad, los "exógamos" (palabro) somos excepción. Venga, doctores Peces y Alfaro, daos las manos y haced las paces, que no tenéis la culpa del sistema de financiación universitario. Además, os admiramos mucho.

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