Una presidenta dura y luchadora

Patricia Dunn ocupa un asiento en el Consejo de Administración de HP desde 1998. En febrero de 2005 fue ascendida a presidenta no ejecutiva de la compañía, pero su última reunión al frente del consejo está prevista para menos de dos años después, el 18 de enero. A cambio de su renuncia, conservará un asiento en la cúpula directiva de HP. Y aunque con vistas a la galería toda esta maniobra pueda parecer una derrota, Dunn es un hueso duro de roer, una luchadora nata en el plano personal y profesional.

Pattie, como le conocen los más próximos, se crió en Las Vegas, en el seno de una famili...

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Patricia Dunn ocupa un asiento en el Consejo de Administración de HP desde 1998. En febrero de 2005 fue ascendida a presidenta no ejecutiva de la compañía, pero su última reunión al frente del consejo está prevista para menos de dos años después, el 18 de enero. A cambio de su renuncia, conservará un asiento en la cúpula directiva de HP. Y aunque con vistas a la galería toda esta maniobra pueda parecer una derrota, Dunn es un hueso duro de roer, una luchadora nata en el plano personal y profesional.

Pattie, como le conocen los más próximos, se crió en Las Vegas, en el seno de una familia con pocos recursos económicos. Su madre era una showgirl en el Copacabana. A los 12 años de edad perdió a su padre. Y ya desde muy joven tuvo que hacerse cargo del cuidado de su hermano, por los serios problemas emocionales de su progenitora. De la ciudad del vicio se mudó a California, donde estudió economía y periodismo en Berkeley. Su sueño era ser reportera de investigación, una palabra que se ha convirtiendo en su pesadilla en la cúspide de HP.

Quería ser reportera de investigación, una palabra que ya es su peor pesadilla
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Su carrera profesional se disparó en Barclays, donde ocupó el puesto de presidenta ejecutiva de la filial en EE UU. La salud no le acompañó. El cáncer irrumpió en su vida en 2000, con un tumor en el pecho. Dos años después se le detectó un melanoma que le obligó a dejar las riendas de la firma financiera. En 2004 se le diagnosticaba un cáncer de ovario y hace pocas semanas se sometía a una intervención por un tumor en el hígado. Dunn ha logrado sobrevivir más allá de las expectativas de los médicos.

Los que trabajan con ella dicen que es una purista, preocupada por preservar la independencia del consejo y una vendedora fuera de serie. Y por si hubiera alguna duda sobre su conducta, es consejera en el centro de Gobierno Corporativo del Conference Board. La revista Forbes coloca a Dunn en el puesto 17 de las mujeres ejecutivas más poderosas del planeta.

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