Reportaje:La batalla eléctrica

La larga espera de Pizarro y la margarita de Bernotat

El presidente de Endesa mantiene el pulso mientras espera que el primer ejecutivo de E.ON lance una oferta definitiva

Manuel Pizarro, presidente de Endesa, dejó precipitado una reunión con sus colaboradores para acudir puntual al funeral por Francisco Gómez Roldán, fallecido director general del Santander, mientras esperaba información sobre la carta enviada por el Gobierno español a Bruselas sobre las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a E.ON para que lance su oferta sobre la eléctrica. En la madrileña iglesia de los Jesuitas, Pizarro se sentó solo. Durante la jornada había recibido mensajes de todo tipo sobre la evolución del conflicto y tocaba meditar sobre ellos.

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Manuel Pizarro, presidente de Endesa, dejó precipitado una reunión con sus colaboradores para acudir puntual al funeral por Francisco Gómez Roldán, fallecido director general del Santander, mientras esperaba información sobre la carta enviada por el Gobierno español a Bruselas sobre las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a E.ON para que lance su oferta sobre la eléctrica. En la madrileña iglesia de los Jesuitas, Pizarro se sentó solo. Durante la jornada había recibido mensajes de todo tipo sobre la evolución del conflicto y tocaba meditar sobre ellos.

En realidad, la respuesta española a la Comisión Europea, en la que comunica que suavizará las condiciones tras las fuertes presiones recibidas de Bruselas, no cambiaba prácticamente nada la postura de Endesa en el asunto. La eléctrica ha decidido no mover pieza hasta que no lo hagan los otros protagonistas, pero ha subrayado que no va a admitir una operación que suponga que se trocee la compañía y que la oferta de compra no supere los 30 euros por acción (E.ON ofreció 25,40 euros y Gas Natural 19,30). Eso significa que Pizarro no va a emitir ningún informe favorable en el que pida a sus accionistas que apoyen la oferta de E.ON si no cumple esas premisas, por mucho que haya sido Endesa quien invitó al grupo alemán a pujar, y que tampoco va a retirar los recursos que tramitan el Juzgado número 3 de lo Mercantil de Madrid y el Tribunal Supremo, que paralizaron la OPA de Gas.

Una decisión, ésta, que supone la paralización, a su vez, de cualquier oferta y cuya resolución no estaría hasta 2008, lo que impediría que si E.ON acaba presentando la OPA en la Comisión de Valores no podría tramitarse hasta entonces. Y eso aunque Gas Natural diga que se retira o que no va a mejorar su oferta. De momento, su principal accionista, La Caixa, está a la expectativa, pero todo apunta a que no va a mejorar la oferta. Es decir, E.ON tendría el camino libre para presentar la OPA sabiendo que su único competidor no va a mejorar la suya. Eso, unido a que va a estar obligada a vender activos productivos, lleva a que lo lógico sea que E.ON ponga un precio más bajo de lo que exigen Pizarro y los suyos.

Es evidente que el presidente del grupo alemán, Wulf Bernotat, está muy interesado en Endesa porque daría a E.ON mucho poder fuera de Alemania y en Latinoamérica. Pero todos los impedimentos citados hacen que Bernotat siga deshojando la margarita cada día. Ha reconocido "signos alentadores" tras los cambios anunciados por el Ejecutivo español, informa Cecilia Fleta. En unas declaraciones a la revista alemana Capital, Bernotat dice que está "muy confiado" en que al final tenga éxito. Una fuente próxima a la empresa desmintió, sin embargo, la información difundida por otra revista económica alemana, Wirtschaftswoche, que aseguraba que E.ON estaría dispuesta a renunciar al negocio en América Latina con tal de que España dé vía libre a la OPA.

"Eso es un absoluto sinsentido", aseguró la fuente. "La renuncia a América Latina ni siquiera está entre las 19 condiciones de la CNE. Según Wirtschaftswoche, un miembro del consejo de vigilancia de E.ON habría declarado que las actividades en América Latina no son compatibles con la compañía alemana por estar demasiado lejos geográficamente y ser por ello demasiado difíciles de controlar.

Manuel Pizarro, derecha, acompañado por el director de Unelco-Endesa, José María Plans, en Tenerife.EFE

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