La amistad
La amistad es la manifestación última y más profunda de la lealtad.
José Luis Pérez de los Cobos y Esparza prodigó entre la familia y los amigos esa costumbre tan antigua como el mar griego que amó. A manos llenas, con generosidad nos repartió la suya.
Es decir, fue leal. O como se diría ahora, fue siempre "legal", esto es amigo y leal.
Y eso que supo siempre que no era necesario esperar a los bárbaros, pues estaban entre nosotros. Los combatió del primer al último de sus días, desde el ejercicio de su profesión, con sabiduría y tenacidad. Y desde su implicación en esta so...
La amistad es la manifestación última y más profunda de la lealtad.
José Luis Pérez de los Cobos y Esparza prodigó entre la familia y los amigos esa costumbre tan antigua como el mar griego que amó. A manos llenas, con generosidad nos repartió la suya.
Es decir, fue leal. O como se diría ahora, fue siempre "legal", esto es amigo y leal.
Y eso que supo siempre que no era necesario esperar a los bárbaros, pues estaban entre nosotros. Los combatió del primer al último de sus días, desde el ejercicio de su profesión, con sabiduría y tenacidad. Y desde su implicación en esta sociedad, con civismo ejemplar.
El nauta impaciente no aguardó la llegada a Ítaca. Entre bordada y ceñida quiso abreviar el paso de los escollos. ¿Error? Ninguno. Sed de vida para al cabo no ser derrotado sino vencido de un destino injusto que todos compartiremos.
Jolís consiguió desmentir el viejo aforismo romano, pues ni cuando los tempora fuerint nivula -y hoy es un día aciago-, él tuvo la suerte de contar con multos numerabis amicos, de los que soy, somos, una parte.
Feliz de vernos, cuando ya tu vista está yerta, ausente.
Mirada viva en nuestra memoria, la de hoy y la del mañana hasta donde nos alcance.
No cabe la lágrima fácil, pues apuraste hasta donde pudiste esta brevedad de la vida.
Nos queda el recuerdo, la memoria, el ejemplo.
El recuerdo, siempre.
La memoria hasta que la vida nos empuje.
El ejemplo, para que podamos reconocernos en el espejo de la mañana.
Un día que me llamaste desde tu velero pude decir con Kavafis traducido por Carles Riba, en lengua que amabas,
El mar matinal
Deixeu que aquí m'estigui.
I que posi una mica els ulls en la natura.
Aquest mar matinal, aquest cel sense núvols,
Amb llurs blaus resplendents, i la groga ribera.
Tot bell i inmensament il.luminat.
Deixeu que aquí m'estigui.
I que m'enganye com si veiés tot això
Y todo el tedio de una sesión parlamentaria se esfumó con la carcajada amable de Poseidón sin barba ni tridente desde tu mar, el nuestro.
Nos cabe decir: gracias a la vida que nos permitió compartir un amigo como Jolís.
Ricard Pérez Casado es ex alcalde de la ciudad de Valencia.