Análisis:

Cuestión de esperar

El entorno económico, de la mano de los acontecimientos internacionales, continúa aportando más incógnitas que soluciones sobre lo que puede suceder a medio y largo plazo, con lo que los planteamientos a corto se ven influidos muy directamente por esta situación. Así las cosas, los resultados empresariales empiezan a estar tan en el aire como el PIB o el IPC, variables para las que pronósticos y buenos propósitos, van demasiado unidos de la mano como para superar la crítica más suave a estas alturas del curso.

Los indicadores económicos relevantes tampoco aportan ideas claras sobre el f...

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El entorno económico, de la mano de los acontecimientos internacionales, continúa aportando más incógnitas que soluciones sobre lo que puede suceder a medio y largo plazo, con lo que los planteamientos a corto se ven influidos muy directamente por esta situación. Así las cosas, los resultados empresariales empiezan a estar tan en el aire como el PIB o el IPC, variables para las que pronósticos y buenos propósitos, van demasiado unidos de la mano como para superar la crítica más suave a estas alturas del curso.

Los indicadores económicos relevantes tampoco aportan ideas claras sobre el futuro más inmediato, como sucedía ayer con el índice que valora las expectativas económicas y la situación actual en Alemania o el índice de precios industriales de Estados Unidos, ambos con múltiples lecturas según el gusto del usuario.

Ante esta situación, los inversores continúan escatimando sus aportaciones y se muestran más dispuestos a desprenderse de parte de sus carteras que a consolidar posiciones, incluso cuando algunos precios invitan a promediar.

El Ibex 35 terminó cediendo el 0,16% en una sesión muy irregular, con conatos de subida en los primeros minutos de la jornada y coincidiendo con la apertura de Nueva York, pero dejando sentir en todo momento el lastre que había supuesto la caída del 2,75% de la Bolsa de Tokio en su primera sesión después del largo fin de semana y tras el ajuste de los tipos de interés por parte del Banco de Japón.

El descenso de las tensiones que ya comenzaron a registrar los mercados en el inicio de la semana se ha traducido en la retirada del dinero del refugio de la renta fija, lo que ha devuelto la rentabilidad de los bonos a 10 años al nivel del 4%, pero sin que esos fondos hayan retornado a la Bolsa. La contratación en el Mercado Continuo bajó a 2.446,43 millones de euros.

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