Adelante
El Tour comienza hoy. Hablo en presente, aunque quizá en este caso eso sea demasiado atrevido. Todos sabíamos que el Tour del 2006 comenzaría en Estraburgo el primero de Julio; todos sabíamos que sería un Tour más abierto que de costumbre, que la ausencia del huracán americano hacía que la candidatura a lo más alto estaría más animada que nunca. Certezas en fin, que nadie ponía en duda.
Sin embargo mientras escribo esto, a las ocho de la tarde de la víspera, esa frase se me revela un futuro incierto. Y lo que son las cosas y las paradojas de la sociedad de la información; intento manten...
El Tour comienza hoy. Hablo en presente, aunque quizá en este caso eso sea demasiado atrevido. Todos sabíamos que el Tour del 2006 comenzaría en Estraburgo el primero de Julio; todos sabíamos que sería un Tour más abierto que de costumbre, que la ausencia del huracán americano hacía que la candidatura a lo más alto estaría más animada que nunca. Certezas en fin, que nadie ponía en duda.
Sin embargo mientras escribo esto, a las ocho de la tarde de la víspera, esa frase se me revela un futuro incierto. Y lo que son las cosas y las paradojas de la sociedad de la información; intento mantenerme en una burbuja y vivir alejado de esas fuentes que tengo a mi mano, pero no hay manera. Del teléfono móvil, del bendito internet con sus páginas, blogs, foros y grupos, de la radio, de la televisión, de los periódicos y hasta del vecino de enfrente que de todo se entera. Quiero y no puedo porque la sobreinformación me satura. Quiero y no puedo porque esto es navegar en tormenta; pongo todo mi empeño en negociar una ola y cuando me doy cuenta ya estoy en la siguiente, solo que un poco más agotado.
Levantado el secreto de sumario, pienso si me van a devolver mi trocito de solidaridad
¿Qué está pasando? Hace exactamente un año empecé el previo del Tour diciendo que seguramente los corredores estarían entonces comiéndose las uñas. Un año después todo sigue igual en cuanto a las uñas, eso no lo dudo, pero los motivos son bien diferentes.
Las palabras han cambiado. Filtraciones, implicados, listas, presuntos, apodos, supuestos, tramas o sumarios, vienen a sustituir a las habituales como rivales, tácticas, compañeros, ilusiones o esperanzas. Palabras oscuras que proceden de un denominador común: la "Operación Puerto", la gran operación de la Guardia Civil en torno al dopaje en el deporte que se está cobrando la primeras víctimas ciclistas en la antesala del Tour, el peor momento para los implicados y en el mejor para los acusadores. Diferentes formas de ver las cosas pero ambas acertadas.
Como es lógico mirando al calendario, el momento empuja a la precipitación. Hay que tomar medidas ya, pero ya, porque si pasa un minuto quizá entonces no sea el momento. Y es bien sabido que las prisas no son buenas consejeras.
Y hablando de prisas, no puedo evitar mencionar una de las consecuencias de la onda expansiva de la Operación Puerto, el plante o mejor dicho, la no participación de los profesionales en el Campeonato de España del pasado Domingo. Uno, o sea yo -uno de los que estuvo allí- no termina de entender el motivo de todo aquello. Se hizo una reunión en la que ni se mencionaron las palabras malditas, el tabú, la operación puerto. Teóricamente no iban por ahí los tiros. Consensuamos un comunicado, un SOS desesperado; ayudadnos, es lo que necesitamos, ni somos tan malos ni tan tramposos como se cree; apoyamos la lucha contra el dopaje, pero respetad nuestra dignidad por favor y recordad la presunción de inocencia. Ese fue el mensaje. Claro que, al día siguiente el titular era claro y evidente: los ciclistas se plantan por solidaridad con los implicados en la Operación Puerto.
Y una vez levantado el secreto de sumario, pienso yo ahora si alguien me va a devolver a mí mi trocito de solidaridad, si es que eso se puede, que no sé.
Pero bueno, centrémonos en lo positivo que supongo que a pesar de todo, el Tour comenzará hoy. Lo que, visto el panorama, no deja de ser una gran noticia. Suerte a todos.... los que comiencen.