Un acusado de asesinar a su esposa y a su bebé acepta 38 años de cárcel

Ihor D., un hombre de nacionalidad ucraniana acusado de maltratar y asesinar a su pareja, Irina, y a su bebé de ocho meses en la barriada malagueña de Las Flores el 28 de abril de 2004, aceptó ayer la pena de 38 años de prisión solicitada por la Fiscalía de Málaga, que rebajó su primera petición, que fue de 46 años, dos meses y 30 días de cárcel. El juicio comenzó ayer y quedó visto para sentencia.

Durante la vista, la fiscal alegó la "clara determinación" de Ihor de asesinar a la mujer y al niño, basándose para ello en una carta que el acusado envió a la Audiencia durante su estancia e...

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Ihor D., un hombre de nacionalidad ucraniana acusado de maltratar y asesinar a su pareja, Irina, y a su bebé de ocho meses en la barriada malagueña de Las Flores el 28 de abril de 2004, aceptó ayer la pena de 38 años de prisión solicitada por la Fiscalía de Málaga, que rebajó su primera petición, que fue de 46 años, dos meses y 30 días de cárcel. El juicio comenzó ayer y quedó visto para sentencia.

Durante la vista, la fiscal alegó la "clara determinación" de Ihor de asesinar a la mujer y al niño, basándose para ello en una carta que el acusado envió a la Audiencia durante su estancia en prisión "en la que expresaba minuciosamente la secuencia de los hechos" y que él mismo ratificó ayer.

El doble asesinato tuvo lugar el 28 de abril de 2004 en la barriada malagueña de Las Flores. Al llegar el agresor al domicilio familiar, cogió un cuchillo y trató de apuñalar al menor "mientras la madre la daba el biberón". Según relató el acusado, "se partió" el arma, por lo que tuvo que apropiarse de "otra más grande" con la que hirió al pequeño hasta cuatro veces.

La madre huyó al dormitorio y, al regresar donde él se encontraba, "ya tenía el cuchillo preparado a la altura de la cabeza para matarla", aunque finalmente le asestó ocho puñaladas por la espalda después de que ésta intentase defenderse.

Tras la agresión, la mujer huyó herida con el niño en brazos para refugiarse en casa de una vecina, donde finalmente murieron ambos, mientras que Ihor permaneció en el quicio de la puerta "observándoles y riendo" porque no se sentía responsable, manifestó.

Posteriormente, llamó por teléfono a su madre para contarle lo ocurrido y le dijo que no había sido él "sino unos medicamentos que tomaba para los ataques epilépticos".

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