Reportaje:Alemania 2006 | España-Arabia

La táctica del Sultán

Arabia Saudí, la selección que más goles encaja de cabeza, prescinde de su mejor defensa central

Fernando Torres puede preparar la frente con tranquilidad. A menos que el príncipe Bin Fahad bin Abdulaziz tome una decisión de última hora, nadie pondrá en aprietos al punta de España si hoy salta en el área de Arabia Saudita. El equipo árabe es el que más goles de cabeza ha recibido en los últimos Mundiales. Desde 1998 ha encajado 25 goles, diez de ellos entre jugadas a balón parado y centros a la olla. De estos diez, nueve fueron de cabeza y uno con el pie. En este aspecto el equipo saudí ostenta un récord: los cinco testarazos que recibió de Klose (3), Ballack (1) y Linke (1) en el encuent...

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Fernando Torres puede preparar la frente con tranquilidad. A menos que el príncipe Bin Fahad bin Abdulaziz tome una decisión de última hora, nadie pondrá en aprietos al punta de España si hoy salta en el área de Arabia Saudita. El equipo árabe es el que más goles de cabeza ha recibido en los últimos Mundiales. Desde 1998 ha encajado 25 goles, diez de ellos entre jugadas a balón parado y centros a la olla. De estos diez, nueve fueron de cabeza y uno con el pie. En este aspecto el equipo saudí ostenta un récord: los cinco testarazos que recibió de Klose (3), Ballack (1) y Linke (1) en el encuentro contra Alemania, en la primera fase del Mundial de 2002.

El príncipe Bin Fahad bin Abdulaziz, más conocido como Príncipe Sultán, es el presidente de la federación de Arabia Saudí. El hombre, sin embargo, recela de la vida administrativa y suele pasar a la acción. Lo dijo su entrenador, el brasileño Marcos Paquetá: "El príncipe es un apasionado de la táctica". En efecto. El mandatario saudí cambia técnicos y alineaciones continuamente. Entre sus medidas más extrañas se cuenta la marginación de su central más carismático, Naif al Quadi, una de las piezas más importantes del equipo durante la clasificación. Al Quadi tiene una cualidad sobresaliente: va bien por arriba. En un país cuyos jugadores no acostumbran a levantar mucho la pelota del suelo, los cabeceadores son raros y valiosos. Al Quadi es un caso anormal. La táctica del príncipe también. Sin Al Quadi, su defensa está expuesta a la fuerza aérea enemiga.

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"De momento los jugadores árabes no tenemos licencia para salir fuera del país a jugar en otras Ligas", explicó el solitario portero Mabouk Zaid, tras recibir dos goles por arriba de los ucranios, hace cinco días. Heredero del veterano Al Deayea, el joven Zaid no ha podido revertir la tendencia a sufrir bombardeos de su antecesor. "Nos hace falta experiencia internacional", prosiguió el melancólico portero; "para cosas como defender situaciones balón parado".

El ex preparador de porteros del Madrid, Manuel Amiero, trabajó una temporada con los porteros árabes hasta que el príncipe Sultán cambió de planes. "Allí los porteros no juegan fuera de los palos", explica Amiero; "pero Zaid se maneja correctamente. Lo que no entiendo es por qué no está jugando el central Al Quadi, que va fabulosamente bien de cabeza".

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