Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Banca sin fronteras

La afluencia de inmigrantes ha supuesto para las entidades un reto al que han ido dando diferentes respuestas. En ocasiones se han abierto oficinas orientadas a prestarles un servicio personalizado, acorde con sus estilos de vida (horarios laborales, zonas de residencia u ocio...) y, a veces, vinculados a otros servicios adaptados a sus necesidades (locutorios, Internet...).

En otros casos se ha optado por no segmentar la red, pero de han incorporado servicios específicos, sean de medios de pago (remesas o tarjetas) o de financiación, usando a veces iniciativas benéfico-sociales para ap...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La afluencia de inmigrantes ha supuesto para las entidades un reto al que han ido dando diferentes respuestas. En ocasiones se han abierto oficinas orientadas a prestarles un servicio personalizado, acorde con sus estilos de vida (horarios laborales, zonas de residencia u ocio...) y, a veces, vinculados a otros servicios adaptados a sus necesidades (locutorios, Internet...).

En otros casos se ha optado por no segmentar la red, pero de han incorporado servicios específicos, sean de medios de pago (remesas o tarjetas) o de financiación, usando a veces iniciativas benéfico-sociales para apoyar iniciativas de emprendedoras y el autoempleo con microcréditos. Adicionalmente, alguna entidad ha buscado acuerdos con entidades de los países de origen de los inmigrantes con el fin de prestar servicios de banca en dichos mercados, sean de apoyo para familiares allí residentes o para los casos de retorno.

La afluencia de inmigrantes ha supuesto para las entidades un reto al que han ido dando distintas respuestas

El perfil de consumo financiero del colectivo inmigrante, pese a no ser sofisticado, muestra necesidades particularizadas, como la utilización de servicios de pagos internacionales (alguna entidad ha adquirido remesadoras para posicionarse en ese segmento) o la utilización de ciertos seguros (decesos, repatriación...) poco utilizados por el cliente doméstico.

Esta semana se ha dado un paso más en ese esfuerzo de las entidades españolas al servicio del inmigrante con la compra de dos bancos en Estados Unidos por parte del segundo grupo bancario español. La operación pretende facilitar el objetivo de éste de hacerse con el 40% de cuota sobre las remesas de los mexicanos en Estados Unidos, que en 2005 alcanzaron casi 20.000 millones de euros. Esta estrategia complementa a la perfección el posicionamiento del grupo en México, permitiendo así que para sus clientes desaparezcan las fronteras que han de cruzar sus remesas de fondos que, por otro lado, constituyen una importantísima fuente de ingresos en el país azteca.

Marcela Villegas y Enrique Martín son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

Archivado En