Reportaje:Tormenta en la región

Tirados en el andén

La lluvia obliga a cerrar dos tramos de las líneas 5 y 10 de metro e inunda bajos y garajes

Ana y Sandra tardaron ayer 45 minutos más de lo habitual en recorrer el trayecto entre Móstoles y la parada de Santiago Bernabéu (línea 10). Como ellas, decenas de miles de personas que cogen el metro todas las mañanas llegaron tarde a sus trabajos, centros de estudios o, como en el caso de Sonia, se replantearon sus actividades. Esta joven bailarina de flamenco renunció a la idea de pasar su día libre en la piscina de la Casa de Campo cuando en la parada de Tribunal, a las tres de la tarde, decidió volverse a casa. "He cogido el metro en Sol y allí no he visto ninguna información. Estoy pensa...

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Ana y Sandra tardaron ayer 45 minutos más de lo habitual en recorrer el trayecto entre Móstoles y la parada de Santiago Bernabéu (línea 10). Como ellas, decenas de miles de personas que cogen el metro todas las mañanas llegaron tarde a sus trabajos, centros de estudios o, como en el caso de Sonia, se replantearon sus actividades. Esta joven bailarina de flamenco renunció a la idea de pasar su día libre en la piscina de la Casa de Campo cuando en la parada de Tribunal, a las tres de la tarde, decidió volverse a casa. "He cogido el metro en Sol y allí no he visto ninguna información. Estoy pensando en reclamar que me devuelvan el euro que me ha costado el viaje", comentaba Sonia con un toque de sorna.

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La culpa de todas estas inconveniencias fue de la tromba de agua que había caído sobre la capital a primera hora de la mañana. El tramo de la línea 10 entre Tribunal y Batán -cinco paradas- quedó suspendido desde las nueve de la mañana. La compañía esperaba reanudar el servicio a primera hora de la mañana de hoy. Menor fue la incidencia en la línea 5, que cerró las estaciones de Marqués de Vadillo, Pirámides y Acacias desde las nueve hasta el mediodía.

La lluvia inundó las vías entre Príncipe Pío y Lago, ya que esta última parada está construida a cielo abierto y el túnel que allí comienza está en pendiente hacia abajo. La situación se agravó cuando el desplazamiento de unos diques de las obras de la M-30 hizo que un río próximo a las instalaciones se desbordara, con lo que el agua sobrante se filtró al interior del suburbano. A pesar de que los operarios de Metro introdujeron por la tarde cuatro bombas para agilizar las tareas de achique, este tramo de la línea 10 quedó inutilizado durante toda la jornada. Fuentes de Metro explicaron que las obras que realiza el Ayuntamiento en el anillo de circunvalación no estaban preparadas para unas lluvias de esta intensidad.

El Consorcio Regional de Transportes esperó cinco horas para reforzar la flota de autobuses cercanos a la zona afectada. Sobre las dos de la tarde se incorporaron más vehículos a la línea que va desde la parada de Alto de Extremadura (en la circular) hasta Batán. Estos autobuses eran un mero refuerzo de los ya existentes; y no un servicio especial gratuito.

La parada de Tribunal era a las dos de la tarde un hervidero de viajeros que salían mascullando su enfado. "Cabreadísima" estaba Julia, funcionaria que a esas horas "en las que una sale del trabajo deseando llegar a casa" pretendía llegar a Príncipe Pío, donde coge el tren hacia Majadahonda. "No sé a qué hora voy a llegar a casa", se quejaba. Alejandro, un informático de 29 años, salía corriendo de la parada porque no había previsto la avería y no llegaba a una entrevista con un cliente en Batán, a sólo cuatro paradas de Tribunal. "Voy a mi casa a coger el coche, pero seguro que me va a tener que esperar muchísimo", aseguraba sin dejar de andar.

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Gustavo también fue damnificado por la lluvia. Pero de otra manera. Él se disponía a empezar su sesión habitual de percusión y música electrónica en los bajos de la estación. Unos guardias le dijeron que había mucho lío. Y que volviera mañana.

Un efecto más de la tromba de agua que las alcantarillas no podían tragar, fue la inundación de bajos y garajes, principalmente en las zonas de Usera, Carabanchel y Aluche. En este distrito está el Bingo Liceo, uno de los locales comerciales más afectados, según los bomberos. El gerente del negocio, Manuel Quirós, recibió una llamada de sus empleados a las ocho de la mañana: le contaron que el garaje del bingo estaba inundado. Que el agua les llegaba a la rodilla. Con la ayuda de los bomberos y las dos bombas de agua que llevaron, el achique únicamente duró media hora. Los daños se redujeron a algún desperfecto en la pintura del garaje.

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