¿Puede servir el Mundial de fútbol para desfogar pasiones nacionalistas?
¡Cómo no! Pero no sólo para desfogarlas, sino también para desatarlas. Talabricense.
Los nacionalismos aprovechan cualquier oportunidad para hacerse notar. Rafaelxastre.
El fútbol y el Mundial dan sentido a la vida de las gentes y de las naciones y elevan su autoestima. Un poco de nacionalismo futbolero es como esas salsas que ayudan a tragar un poco mejor las frustraciones más insípidas. De lo contrario, la vida sería muy triste. Alfil.
El fútbol, y en concreto el Mundial, es un vacío entretenimiento de masas que ha generado en España un negocio de di...
¡Cómo no! Pero no sólo para desfogarlas, sino también para desatarlas. Talabricense.
Los nacionalismos aprovechan cualquier oportunidad para hacerse notar. Rafaelxastre.
El fútbol y el Mundial dan sentido a la vida de las gentes y de las naciones y elevan su autoestima. Un poco de nacionalismo futbolero es como esas salsas que ayudan a tragar un poco mejor las frustraciones más insípidas. De lo contrario, la vida sería muy triste. Alfil.
El fútbol, y en concreto el Mundial, es un vacío entretenimiento de masas que ha generado en España un negocio de dimensiones desmesuradas. Todos sabemos que lo que ahora alimentan los medios es puro humo. Sabemos que la selección española tendrá suerte si llega a cuartos de final, y ya es mucho pedir. ¿No es absurdo este tótem de barro? Julio Ortega.
Claro que sí. Se trata de la mejor forma de desfogar tales pasiones. El fútbol, o cualquier deporte, es una válvula de escape para la agresividad -esa que casi todos mantenemos comprimida por la educación y por la civilización-, y lo mejor es que en este tipo de competiciones se liberan con diversión y en paz... la mayoría de las veces. JGªIbáñez.
Espero que sí, que todos los nacionalistas españoles se "vacíen" con su equipo, dando muestra de su "casta" y "sudando la camiseta". Espero que ganen el Mundial y así se queden un rato tranquilos y no nos den más la vara a los demás. (Ninguna de las tres esperanzas devendrá realidad). Roger de Fúria.
Sin duda. El nacionalismo se nutre de símbolos por lo general banales: banderas de colores, selecciones nacionales... Albolut.