Sarkozy intenta preservar la ventaja de la derecha en materia de seguridad ciudadana

El ministro del Interior francés critica a la socialista Ségolène Royal y descalifica a Chirac

El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, el candidato más popular de la derecha para las elecciones presidenciales de mayo de 2007, reclamó ayer su espacio político, arremetió contra la socialista Ségolène Royal -a la que acusó de "pasarle por la derecha"-, descalificó al presidente Chirac por el uso que hace de su potestad de amnistiar a miembros de su partido, y anunció que seguirá en el Gobierno, al menos hasta el próximo enero. Sarkozy convocó a los medios de comunicación para hacer balance de su gestión contra la delincuencia y la inseguridad.

La inseguridad y la delincue...

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El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, el candidato más popular de la derecha para las elecciones presidenciales de mayo de 2007, reclamó ayer su espacio político, arremetió contra la socialista Ségolène Royal -a la que acusó de "pasarle por la derecha"-, descalificó al presidente Chirac por el uso que hace de su potestad de amnistiar a miembros de su partido, y anunció que seguirá en el Gobierno, al menos hasta el próximo enero. Sarkozy convocó a los medios de comunicación para hacer balance de su gestión contra la delincuencia y la inseguridad.

La inseguridad y la delincuencia volverán a ser el tema central de la próxima campaña presidencial francesa, al igual que sucedió hace cinco años. Pero, a diferencia de entonces, la izquierda socialista no parece dispuesta a dejar este terreno en manos de la derecha, como ha dejado claro Ségolène Royal. En este contexto, la conferencia de prensa del presidente de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) mostraba hasta qué punto Sarkozy cuida esta baza electoral.

Pese a que su paso por la sede de Interior se vio interrumpido cuando fue sustituido por el ahora primer ministro Dominique de Villepin en 2004, el balance que presentó ayer Sarkozy se refería a todo el mandato, en tanto que afirmó que había aportado una respuesta a la "inseguridad galopante" que dejó como herencia el Gobierno de izquierdas de Lionel Jospin (1997-2002). La delincuencia, aseguró, ha bajado un 8,8%, aunque reconoció que se ha producido un alza importante -un 12,45%- de la violencia contra las personas.

Por momentos su intervención iba dirigida hacia la que parece que será su principal rival hacia el palacio del Elíseo: la socialista Ségolène Royal. Sarkozy citó recientes encuestas que señalan que el 43% de los franceses confía más en la derecha que en la izquierda (31%) en materia de seguridad, e ironizó sobre las medidas apuntadas por la líder socialista para combatir la delincuencia juvenil. El control de los subsidios familiares es una vieja propuesta suya, dijo; y en cuanto al posible papel que pudiera tener el Ejército con los jóvenes delincuentes, Sarkozy señaló: "Agradezco el refuerzo que aporta Royal, que me desborda por la derecha, pero me pregunto con qué mayoría contará para aplicar las medidas que preconiza", dijo en referencia a las resistencias que tales propuestas han encontrado en el Partido Socialista.

Derecho de gracia

Ajustadas las cuentas con la izquierda, Sarkozy aprovechó una pregunta sobre la reciente amnistía otorgada por Chirac al ex campeón olímpico Guy Drut, diputado de la UMP y miembro del COI, condenado por un caso de corrupción política. Y criticó esta potestad que la V República concede al presidente, porque supone una clara ruptura de la separación de poderes. Sarkozy prometió que si es elegido, una de sus primeras medidas será suprimir el derecho presidencial de gracia y amnistía.

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No mencionó ni una sola vez el nombre del primer ministro Dominique de Villepin, su enemigo íntimo, envuelto ahora en el escándalo del caso Clearstream, por el que supuestamente intentó desacreditar a Sarkozy por medio de un falso listado bancario de esta sociedad luxemburguesa donde se habrían depositado comisiones ilegales. El caso Clearstream, dijo tajante Sarkozy, no es otra cosa que "delincuencia". Pidió que se deje trabajar a los dos jueces que instruyen el sumario y se mostró seguro de que llegarán hasta el final. Sarkozy cifró en 2.000 el número de inmigrantes que se beneficiarán de la regularización, anunciada el miércoles, de las familias con hijos escolarizados en Francia: el 25% de los casos de inmigrantes escolarizados que Interior tiene contabilizados, según el ministro; y justificó lo limitado de la medida para no "abrir un nuevo circuito de inmigración clandestina".

Nicolas Sarkozy, durante la conferencia de prensa celebrada ayer.REUTERS

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