Tribuna:COYUNTURA NACIONAL

El IPC de abril

La información más relevante de la semana última ha sido la publicación de las previsiones de primavera de la Comisión Europea, el avance del crecimiento del PIB español y de la UE-UEM en el primer trimestre del año en curso y el IPC de abril. Más importante que todo ello, al ser un elemento de carácter estructural que determinará el comportamiento de la economía a medio y largo plazo, ha sido la firma del Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo por parte del Gobierno y las organizaciones sindicales y patronales, es decir, la reforma laboral, a la que habrá que dedicar una de estas...

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La información más relevante de la semana última ha sido la publicación de las previsiones de primavera de la Comisión Europea, el avance del crecimiento del PIB español y de la UE-UEM en el primer trimestre del año en curso y el IPC de abril. Más importante que todo ello, al ser un elemento de carácter estructural que determinará el comportamiento de la economía a medio y largo plazo, ha sido la firma del Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo por parte del Gobierno y las organizaciones sindicales y patronales, es decir, la reforma laboral, a la que habrá que dedicar una de estas columnas en los próximos domingos.

El crecimiento del PIB se situó en un 0,8% trimestral y un 3,5% interanual. Esta última tasa es igual a la registrada en los dos trimestres precedentes, lo que significa que la velocidad de crucero de la economía se estabiliza, a una tasa elevada para los estándares europeos, pero que podía ser superior si los sectores abiertos al exterior no hubieran perdido competitividad. También fue una buena noticia el crecimiento del PIB de la zona del euro, un 0,6% en tasa trimestral y un 2% en tasa interanual, manteniendo la tendencia de aceleración observada en 2005. La economía europea parece "lanzada" y va a crecer este año algunas décimas más de lo previsto, lo cual será positivo para nuestra economía en todos los sentidos. Por un lado, nuestras exportaciones crecerán más y, por otro, los tipos de interés subirán, frenando el exceso de demanda interna y el ritmo de endeudamiento de los hogares. Para muchos, esto de la subida de los tipos de interés les suena a catástrofe, a estrangulamiento del modelo de crecimiento basado en el consumo y la construcción de viviendas. Para mí, es la única vía para que esta economía no se pegue un castañazo en alguno de los próximos años.

Mientras el INE no publique los datos desestacionalizados, las tasas mensuales no sirven de mucho

El IPC se ajustó también a lo adelantado por el INE hace dos semanas. El aumento mensual fue muy elevado, un 1,4%, si bien esta tasa no dice nada en sí misma sobre la tendencia de la inflación, ya que, desde la introducción de las rebajas en la muestra de productos y precios recogidos en el índice, se produce una estacionalidad muy acusada, a la baja en los meses de enero y julio y al alza en los de abril y octubre. También en abril de este año se produjo otro efecto estacional, aunque en este caso cambiante según los años, la Semana Santa, periodo en el que aumentan los precios de los servicios turísticos. Por todo ello, y mientras el INE no publique los datos en términos desestacionalizados, las tasas mensuales no sirven para mucho. La tasa interanual se mantuvo en la misma cifra del mes anterior, un 3,9%, lo que no está mal teniendo en cuenta la subida del precio del petróleo. En todo caso, seguimos con una inflación excesiva, sobre todo porque supera en 1,5 puntos porcentuales la de la zona del euro. Los productos que tiraron al alza de la inflación en abril fueron los energéticos y los mencionados servicios turísticos, y los que tiraron a la baja, las carnes (sobre todo el pollo, por lo de la gripe aviar) y el tabaco. Nada de ello afecta al indicador más genuino de los precios, la inflación subyacente, que se mantuvo en el 3,1%.

Las perspectivas de inflación para lo que resta del año han empeorado de nuevo a consecuencia del fuerte repunte del precio del petróleo. Los modelos siguen previendo una desaceleración a partir de julio o agosto, pero menor que la que se esperaba hace unos meses (gráficos adjuntos). Ahora la tasa a final del año en curso se sitúa en el 3,6%, y la del próximo, en torno al 3%.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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