Análisis:A LA PARRILLA

El submarino de Troya

La operación retorno siempre incluye el drama del que no vuelve. En la madrugada del martes habían muerto 108 españoles en la carretera, pero en Noticias Cuatro vimos otras imágenes dramáticas: el ensayo general ante la cámara de vídeo casero del joven terrorista suicida, los cuerpos destrozados por su bomba en Tel Aviv, el llanto de la madre y la retirada de los enseres de la casa familiar que será demolida en represalia por el ejército israelí. Las vacaciones conllevan en su placentera promesa el número de las víctimas que producen, del mismo modo que la idea de libertad es para los p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La operación retorno siempre incluye el drama del que no vuelve. En la madrugada del martes habían muerto 108 españoles en la carretera, pero en Noticias Cuatro vimos otras imágenes dramáticas: el ensayo general ante la cámara de vídeo casero del joven terrorista suicida, los cuerpos destrozados por su bomba en Tel Aviv, el llanto de la madre y la retirada de los enseres de la casa familiar que será demolida en represalia por el ejército israelí. Las vacaciones conllevan en su placentera promesa el número de las víctimas que producen, del mismo modo que la idea de libertad es para los palestinos el justificante de la matanza indiscriminada. En ese contexto, fue un alivio ver al final del programa de Gabilondo el anuncio del Villarreal para promocionar el partido de la Liga de Campeones que se juega esta noche en Londres: el submarino amarillo asomando tan sólo su periscopio en el Támesis, con el desafiante aviso a los del Arsenal: "Ya estamos aquí". Desde aquí mi deseo al puñado de bravos castellonenses de que tomen Troya.

La programación tendía a la gravedad. Versión española (La 2) rescataba el excelente melodrama Tiempo de tormenta, para mí la mejor película de Pedro Olea, y el agua de sus hermosos picados de lluvia caía sobre mojado. Cuando acabó, quise ver la entrevista de Germán Yanke (Telemadrid) al nuevo portavoz socialista en el Congreso, y las palabras de Diego López Garrido tonificaban con un buen rollo que tanta falta nos hace, no sólo los malos lunes: "Vivimos los mejores momentos de nuestra historia como país". Pero no era fácil huir del drama. 7 días, 7 noches (Antena 3) rescataba el aún oscuro asunto del crimen de los marqueses de Urquijo, con el terrible diálogo entre El Loco de la Colina y el asesino Rafi Escobedo, filmado unos días antes de que éste se suicidara (o fuera suicidado) en la cárcel. Una guinda de sensualidad. Charo López confesando en Noche Hache (Cuatro) sus despelotes juveniles en spaghetti-westerns exclusivos para el mercado italiano. ¿Estarán en los videoclubs?

Archivado En