El auto de procesamiento del 11-M

Tres grupos islamistas y delincuentes fanatizados se unieron para atentar

La fusión se concretó en el verano de 2003 y se aceleraron los preparativos de la matanza

Los miembros de tres células islamistas creadas en Madrid que quedaron dispersos tras varias golpes policiales se unieron a un grupo de delincuentes fanatizados, capitaneados por Jamal Ahmidan, El Chino, para perpetrar el 11-M. El juez Juan del Olmo detalla en el auto de procesamiento cómo fue el proceso de fusión hasta llegar al comando final que perpetró la matanza y se suicidó en Leganés, bajo el mando de El Chino y de Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino.

El auto recoge un informe entregado al juez por el comisario general de Información, Telesforo Rubio, ...

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Los miembros de tres células islamistas creadas en Madrid que quedaron dispersos tras varias golpes policiales se unieron a un grupo de delincuentes fanatizados, capitaneados por Jamal Ahmidan, El Chino, para perpetrar el 11-M. El juez Juan del Olmo detalla en el auto de procesamiento cómo fue el proceso de fusión hasta llegar al comando final que perpetró la matanza y se suicidó en Leganés, bajo el mando de El Chino y de Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino.

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El auto recoge un informe entregado al juez por el comisario general de Información, Telesforo Rubio, el 15 de febrero de 2006, tras dos años de pesquisas. El documento detalla el proceso de dispersión de las tres células terroristas, inicialmente dedicadas a la logística y al proselitismo, y cómo posteriormente se unieron con un grupo de delincuentes. Todo con el barrio de Lavapiés como epicentro.

La primera célula, denominada Grupo de Madrid, fue organizado por Mustafá Maymouni, cuñado de El Tunecino, a finales de 2002. Ese grupo fue investigado por los atentados de Casablanca (Marruecos, 16 de mayo de 2003) y estaba inmerso en "el movimiento Salafiya Jihadia marroquí, estrechamente ligado al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM)". La detención de Maymouni (preso como uno de los responsables de Casablanca) desmembró la célula.

Mohamed Larbi Ben Sellam y Mohamed Afallah se quedaron sin célula. Afallah (huido, aunque se le ha dado por muerto en un atentado en Bagdad), trabó contacto con el argelino Allekema Lamari (recién salido de prisión tras un error judicial), así como con los hermanos y primos Belhadj (Mohamed, Youssef y Mimoun) y Abdelmajid Bouchar (supuesto autor material), entre otros. Éstos estaban supuestamente vinculados al GICM y, a través de este grupo terrorista asociado a Al Qaeda, con Hassan El Haski, entonces inmerso en una batalla por la sucesión en la jefatura de la banda.

Otra vez el GICM

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El segundo grupo lo lideraba Rabei Osman, Mohamed el Egipcio, ligado a El Tunecino. Esta célula contaba con Basel Ghalyoun (en el último momento se ha caído del auto como autor material), Fouad el Morabit (en su casa se celebraron reuniones preparatorias) y los hermanos Moutaz y Mouhannad Almallah Dabas (con una fuerte formación religiosa). Éstos, una vez más, estaban ligados al GICM, a través de Mourad Chabarou. Y, además, por medio de los Almallah, estaban vinculados a Imad Edit Barakat Yarkas, Abu Dahdah, preso por su presunta relación con el 11-S.

La tercera célula era el llamado Grupo de Lavapiés, "liderada por Jamal Zougam". El auto subraya que su vinculación al 11-M parece "más ideológica que operativa y, en todo caso, de apoyo y cobertura logística". El nexo de unión final entre los tres fue Abu Dahdah, quien los habría reunido inicialmente para "labores de captación o reclutamiento radical".

Faltaban los delincuentes. El juez escribe que apareció "directamente conexionado con el 11-M un grupo de delincuentes habituales liderado por Jamal Ahmidan, en donde estaban, como parte de su banda, Abdennabi Kounjaa, los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha, Abdelilah El Fadoual el Akil, Rachid Aglif y Otman el Ghanoui". Este grupo era "totalmente nuevo a efectos de investigaciones sobre radicalismo islámico, no así en cuanto a su actividad delincuencial, sobre la que la Udyco [de la policía] de Madrid tenía centrada una investigación". El Chino, cuando salió de prisión en Marruecos por asesinato, "vino a España decidido a buscar referentes al Movimiento Salafista Jihadista", por lo que, añade, "no resulta extraño que lo encontrara en sus relaciones con El Tunecino o la gente de Lavapiés".

El juez escribe así como fue el proceso de convergencia: "En el verano del año 2003, julio/septiembre, se producen tres fenómenos de convergencia y relación: por una parte, se constatan manifestaciones de radicalismo en este grupo -Jamal Ahmidan, Asrih Rifaat, Abdennabi Kounja, los hermanos Oulad Akcha-; por otra, se reflejan los contactos telefónicos entre la mayor parte de ellos y con personas como Basel Ghalyoun Serhane Ben Abdelmajid, incluidas reuniones comunes; y en tercer lugar, se comienzan a realizar actuaciones logísticas que adquieren ya carta de naturaleza en el otoño de 2003 -vehículos, finca de Chinchón, contactos para proveerse de sustancias explosivas, incluida la expresiva explosión del detonador, a principios de octubre de 2003-, estando Rachid Aglif, Jamal Ahmidan y Rafa Zouhier". Además, alega, "es de destacar que se reflejan contactos entre Allekema Lamari y Mohamed Afallah, así como la presencia de estos en el denominado Grupo de Leganés o de Villaverde [cuarta célula, formada sobre todo por argelinos], todo ello en el otoño del año 2003".

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