Tribuna:

Cuando ataca el 'carry trade'

Desde que comenzó el año 2006, los fondos de renta fija y los de renta variable han seguido una evolución muy diferente: mientras que, en promedio, éstos acumulan sustanciales ganancias, aquéllos están proporcionando pérdidas. El que los fondos de renta fija estén en pérdidas se explica por la expectativa de que los tipos de interés de intervención (que en cada país controla su banco central) sigan subiendo en EE UU y en la Unión Europea, a la vez que por el hecho, ya anunciado oficialmente, de que pronto van a empezar a subir en Japón.

Sin embargo, esa explicación está plagada de eleme...

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Desde que comenzó el año 2006, los fondos de renta fija y los de renta variable han seguido una evolución muy diferente: mientras que, en promedio, éstos acumulan sustanciales ganancias, aquéllos están proporcionando pérdidas. El que los fondos de renta fija estén en pérdidas se explica por la expectativa de que los tipos de interés de intervención (que en cada país controla su banco central) sigan subiendo en EE UU y en la Unión Europea, a la vez que por el hecho, ya anunciado oficialmente, de que pronto van a empezar a subir en Japón.

Sin embargo, esa explicación está plagada de elementos contradictorios, pues las subidas de los tipos de interés también suelen provocar caídas en las bolsas, algo que, por ahora, no parece estar ocurriendo en los países más avanzados.

La única manera de resolver esta contradicción aparente es razonar sobre los distintos ritmos con que pulsan los diferentes mercados, y dejar que el paso del tiempo termine por provocar un ajuste en las bolsas, algo que dejaría las cosas en su sitio: al fin y al cabo, el precio de las acciones de una empresa no debería ser otra cosa que el valor actual de los beneficios que esa empresa pueda generar en el futuro. Y ese valor actual, simplificándolo al extremo, no es más que una fracción en cuyo denominador está el tipo de interés, por lo que cuanto más alto sea éste, menor será el resultado de efectuar la división.

Una mirada algo más allá de los países más desarrollados revela que en las bolsas de la periferia se están produciendo pequeños movimientos y que sus ondas de choque están afectando a la renta fija, renta variable y a las monedas más débiles de los países emergentes. El origen de esas ondas tiene que ver con una actividad que ha sido muy común en los mercados financieros, conocida como carry trade, y uno de cuyos sentidos es el siguiente: endeudamiento en monedas con tipos de interés bajos (yen o euro) para invertir en activos de países con tipos de interés altos (corona islandesa, dólar australiano, países emergentes, etcétera).

Las eventuales subidas futuras de tipos de interés del euro o el yen hacen que estas operaciones resulten cada vez más arriesgadas, por lo que están empezando a deshacerse, provocando caídas en los mercados de renta fija en los que antes se había llevado a cabo la inversión, que arrastran con ellos las bolsas y las divisas de diferentes países: lira turca, real brasileño, zloty polaco... De ahí que, en este mes de marzo, los fondos que invierten en renta variable de mercados emergentes de todo el mundo estén acumulando unas pérdidas medias del 2%.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

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