La conveniencia, siempre en taquilla

Los directores Gracia Querejeta, Mireia Ros y Jaume Balagueró y los productores Julio Fernández y Marta Figueras qusieron ayer a derribar ciertos mitos que rodean a la industria del cine. En el que más énfasis pusieron fue en ése que, según Querejeta, dice que el cine español vive de subvenciones, "algo que ha calado en la gente y que a sus ojos convierte a los directores en unos pedigüeños que mendigan para hacer películas", indicó la directora. Recordaron que sólo el 14% del costo de una película procede de ayudas públicas.

La mesa redonda ...

Los directores Gracia Querejeta, Mireia Ros y Jaume Balagueró y los productores Julio Fernández y Marta Figueras qusieron ayer a derribar ciertos mitos que rodean a la industria del cine. En el que más énfasis pusieron fue en ése que, según Querejeta, dice que el cine español vive de subvenciones, "algo que ha calado en la gente y que a sus ojos convierte a los directores en unos pedigüeños que mendigan para hacer películas", indicó la directora. Recordaron que sólo el 14% del costo de una película procede de ayudas públicas.

La mesa redonda Directores y productores: Un matrimonio de conveniencia fue el escenario donde los cinco cineastas debatieron en torno a la "compleja pero estrecha" relación que les une. Julio Ruiz, que ha producido 70 películas desde 1995, entre ellas las cuatro últimas de Balagueró, insistió en que el cine español ha de superar ciertos traumas que arrastra para lograr una mayor aceptación y un mayor rendimiento económico. "Tenemos pendiente hacer la gran revolución de la autocrítica para saber porqué no gustan la mayoría de los 60 o 70 estrenos que hay al año. Ahí también entra que el productor haga su propio análisis de conciencia", indicó.

Ruiz dijo que en todos los proyectos por los que apuesta están incluidos ciertos condicionantes al director, imposiciones que aplica con el fin de que el producto sea rentable, aunque a veces causen tensiones con el director. "Tenemos muy clara la recuperación de lo invertido en cualquier proyecto, pero no sólo en España a través de las ayudas o las inversiones de las televisiones, sino también en el plano internacional, como ocurrió con Darkness, de Balagueró, que triunfó en Estados Unidos".

Pero para Balagueró estos condicionantes no son motivo de fricciones con el productor: "Una película no es cosa de buenos o malos, es un proyecto artístico común en el que ambos han de depositar sus ilusiones". Ilusiones que para los tres directores pasan porque su película tenga una buena acogida del público y, por tanto, éxito en taquilla, algo que consideran imposible si productor y director no reman en el mismo sentido. "Un productor que dice no saber qué película está haciendo no es de fiar. Si ya es difícil hacer cine en España, más lo sería si no existiese esa conexión entre productor y director", señaló Ros, echando por tierra el mito del peremne enfrentamiento entre ambas funciones.